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Mucho ha llovido desde que el 27 de mayo se anunciara el fichaje de Ángel Correa por el Atlético de Madrid. El club rojiblanco, apenas tres días después de la final de Lisboa, reconocía lacontratación del joven talento argentino, que firmaba por cinco temporadas pero que no se incorporaría hasta que San Lorenzo acabara su participación en la Copa Liberadores, que por cierto terminóconquistando.

Todo saltó por los aires cuando los servicios médicos del club del Manzanares realizaron el pertinente reconocimiento médico previo a cualquier incorporación. Ahí fue cuando se le detectó unaanomalía cardiaca que ponía en riesgo no solo su futuro como rojiblanco, sino su trayectoria en el fútbol. Era el mes de junio y comenzaba el vía crucis de Correa por mantener su carrera, esa que lehabía convertido en uno de los grandes talentos de Argentina.

Después de pasar por el quirófano en Estados Unidos, semana a semana y esfuerzo a esfuerzo Correa fue superando la dolencia y empezó atrabajar sobre el césped. Al principio las sesiones eran en solitario, incorporándose al grupo de trabajo de Simeone en el mes de noviembre. Ayer, por fin, después de que se produjeran las pertinentesfirmas en Madrid y Buenos Aires, el Atlético anunció su incorporación definitiva al club por lo que resta de campaña y cuatro más.

Ahora, al Sudamericano
El club rojiblanco ha respetado completamenteel primer acuerdo para convertirle en una de sus opciones de futuro. Queda por decidir si el tramo final del presente ejercicio lo jugará cedido en otro equipo, con el Rayo como primera de lasopciones, pero es que su regreso a los terrenos de juego, con la sub 20 argentina en el Sudamericano de la categoría, entre enero y febrero, será el que marque los pasos posteriores a dar.

Vencido elproblema cardiaco y sujetado en su talento, innegable desde que le empezaron a comparar con la irrupción de Kun Agüero en las filas de Independiente, Correa debe quemar etapas para saber qué rol...