Lalala

“Federico”
Mientras viajaba en el auto, me preguntaba si nos volveríamos a ver, me preguntaba si me reconocería, ya que al final de cuentas había pasado un año. Quien sabe se acordaría de mí oquien sabe tendríamos que empezar de nuevo. No importaba. Mientras pasaban los minutos, las horas, solamente quería llegar y encontrarlo. Lo que había sucedido el año pasado había sido solamente una“aventura” por así decirlo, pero esta vez fue diferente, fue algo más.
Cuando finalmente llegue al Residencial después de varias horas de viaje acurrucada en el asiento de atrás, tuve que esperarun buen rato hasta que la dueña de la llave del apartamento llegara. Distraída, sentada en un banco jugando con mi lora, ni me había dado cuenta que “Federico” venia de cerca de la playa hacia elResidencial. Cuando levanté la mirada, lo vi venir. No había cambiado en absolutamente nada, seguía así mismo como lo había dejado la última vez. Con lentes de sombra, gorro y si no me equivoco una deesas bermudas grises cuadriculadas que tanto me gustan. Era pura facha. No sé si de primera me reconoció ya que había pasado por mi tan rápido. Subió las escaleritas y se sentó con su madre en un banco.A mi particularmente cuando me gusta un chico, no soy de esas que le hacen saber, no me gusta encararlos ni piscarles el ojo, simplemente intento pasar por desapercibida. Ya que soy tímida, solo tengoel coraje de darles unas miradas pero nada más. Así que con “Federico” no fue diferente. Apenas lo mire y seguí en mi posición. El hizo lo mismo. Al ratito llegó Estela, la señora que tenia la llavedel apartamento. Como no sabíamos donde quedaba, nos tuvo que acompañar y no podía quedarme a observar a “Federico”, tenía que ir con mis padres.
Pasaron los días y ya había controlado loshorarios de “Federico”. Salía cerca del mediodía a la playa o a caminar con su madre. A veces iban para el lado del pesquero, otras veces para el lado del Águila. Luego salían de noche, un rato...