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A RAIZ DEL escándalo de La Polar, se ha puesto sobre el tapete la responsabilidad que ha cabido a los directores en la gestión de la empresa y en la entrega de información inexacta al mercado, y si es necesario modificar la legislación al respecto. Los descargos de quienes ejercieron esas funciones apuntan a que los miembros del directorio habrían sido también víctimas del ocultamiento deinformación por parte de la administración de la empresa. De hecho, en un reportaje realizado por este diario, una ex empleada de la cadena relata que si directores y otras visitas concurrían a las instalaciones, se daba la orden de esconder los papeles sobre "normalización de clientes", procedimiento que consistía en hacer anotaciones sin sustento en los sistemas contables.
La legislación vigentesobre el cometido y responsabilidad del directorio es clara y suficiente. Ella dispone que la administración de las sociedades anónimas compete a éste y que los gerentes actúan por delegación suya. Asimismo, que cada director tiene derecho a ser informado plena y documentadamente y en cualquier tiempo, de todo lo relacionado con la marcha de la empresa; que en el ejercicio de sus funciones debendedicar el cuidado y tener la diligencia que las personas emplean ordinariamente en sus propios negocios; y que responden solidariamente de los perjuicios causados a la sociedad y a los accionistas por sus actuaciones dolosas o culpables. La falta de ejercicio de las atribuciones y de la debida diligencia en las actuaciones genera la obligación de indemnizar los perjuicios, faculta a laSuperintendencia de Valores y Seguros a aplicar multas por incumplimiento de la ley y los estatutos y, en la medida que se haya tenido conocimiento de la falsedad y las maniobras tendientes a ocultar la realidad, puede generar responsabilidad penal.
Es evidente que si a una persona se le ocultan los hechos y los antecedentes, ello mitiga su responsabilidad, pero para eximirse es menester que demuestre que tuvola diligencia necesaria en el cumplimiento de su tarea, en que el estándar exigido es preocuparse del asunto como si fuera propio. Es decir, tiene que demostrar que en el seno del directorio hubo la proactividad necesaria para establecer políticas y procedimientos internos, y que se adoptaron las medidas y mecanismos eficaces para controlar su cumplimiento, porque no basta como explicación laignorancia, cuando la obligación es estar informado. Esta es una cuestión de hecho, que habrá de ser zanjada en el debate judicial.
Muchos directores son designados porque tienen contactos o un prestigio que pueden ser útiles a la sociedad, privilegiando un discutible rol de representación externa en desmedro de la tarea propia e ineludible de los directores, expresamente establecida en la ley, quees velar por la marcha y gestión interna de la compañía. Los fallos que se puedan dictar en este caso, absolviendo a quienes estuvieron a la altura de la responsabilidad o condenando en caso contrario, están llamados a sentar un precedente que obligue a un nuevo nivel de cumplimiento de la función de director y a desterrar las distorsiones con que hasta se ha encarado. Modificar la legislaciónvigente para dar la sensación que la autoridad ha hecho algo, no sólo es innecesario, sino que podría relativizar las responsabilidades que se tienen y que deben ser asumidas.
http://latercera.com/noticia/opinion/editorial/2011/06/894-374908-9-el-caso-la-polar-y-la-responsabilidad-del-directorio.shtml

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por guillermo turner


desde madrid


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