Lalala

EL DISFRAZ DE LOBO.
Eran las 7 de la mañana y hacia un frio espantoso como se acostumbra en todos los días de muertos, las ofrendas adornaban cada parte central de la escuela, con muchos colores,comidas características de México y diferentes carteles llamativos, hacían de estos festivos algo único como cada 1 de noviembre, nosotros estábamos adormilados, uno que otro chascarrillo para animarel ambiente, y una que otra risa sosa, las personas caminaban con brinquitos de alegría y largas sonrisas en su rostro te hacían una que otra broma de esas de tipo –¡Buuh!- para entrar en lafestividad. Como es costumbre los pequeños cantarían y bailarían canciones tenebrosas por motivo del día de muertos. Llegaron los técnicos y ya tenían los equipos preparados en el escenario de tal manera enque se pudiese escuchar por toda la escuela; todo ocurrió en un par de segundos cuando unos profesores se nos acercaron y nos pidieron que los apoyáramos en el festival y en unos segundos ya estábamosvestidos de una especie de hombres lobo arriba del escenario, era un traje completo con todo y mascara incluida por lo que se nos hacia difícil respirar dentro de el. Todo estaba listo para brindar unespectáculo inolvidable. Solo restaba una cosa: los pequeños estrellas que estaban llorando debajo del escenario. Las luces se encendieron, el aire del ventilador se soltó y todos los padres en esperacon gran emoción de ver a sus hijos bailar y cantar. El espectáculo inicio subimos con los niños al escenario y entre maromas, muecas y demás los niños empezaron a imitarnos, la vergüenza quehabíamos pasado no fue en vano. El festival empezó con rizas y euforia de los padres presentes. El frio no fue obstáculo para que una cantidad aproximada de 50 personas hicieran cola para tomar fotos de losdisfraces tan peculiares que traíamos puestos, eran las 10 en punto hora en que comenzaba nuestra clase de pronunciación, nos dirigimos al salón sin tiempo alguno para quitarnos el disfraz, las...