lalalupsilandia

Páginas: 8 (1767 palabras) Publicado: 17 de noviembre de 2014
Carme lleva botas altas de caminar y pantalones tipo militar de color verde. Fuma un cigarrillo de vez en cuando. Camina supervisando máquinas excavadoras y cuando hace falta sube al terrado del castillo medieval donde trabaja, mediante una escalera un tanto precaria apoyada en la pared. Protege su cabeza con un casco de obra. Verónica pasa el día delante de un ordenador en un diminuto despachode la universidad, situado en un sótano cercano a un almacén de restos de esqueletos humanos. A su derecha, un microscopio de laboratorio con distintas placas. La pantalla de su computadora está repleta de cálculos estadísticos y fórmulas químicas.
Cuesta imaginarlo, pero ambas mujeres desempeñan la misma profesión: son arqueólogas. Si poco tienen en común entre ellas, aún menos lo tienen con lamitología de Indiana Jones: ni rastro del látigo empolvado y aún menos del sombrero de piel desgastada. Tampoco tienen pinta de haberse balanceado sobre puentes de bambú colgados sobre un río repleto de cocodrilos hambrientos.
Se puede discutir si el personaje cinematográfico interpretado por Harrison Ford, el prototipo del arqueólogo aventurero de acción (que el director Steven Spielberg acabade jubilar), ha sentado bien o mal a la reputación del colectivo. Por un lado, ha sacado del anonimato a unos profesionales poco reconocidos y con poca visibilidad. Pero, por el otro, ha difundido unos tópicos que, como se acaba de describir, no corresponden a la realidad. ¿Cómo vive de verdad un arqueólogo? Lo primero que hay que decir es que, hasta hace poco esta profesión ni siquiera tenía unacarrera como tal. Los primeros arqueólogos de principios del siglo XX eran casi unos románticos y en sus investigaciones sí había cierta vertiente artística o aventurera. Eran, en el mejor de los casos, licenciados en Historia o en Filosofía y Letras que se dedicaban a buscar nuestro pasado olvidado bajo tierra. La administración hacía la vista gorda y, por otra parte, había muchos terrenosdesconocidos que explorar. En otros casos, eran coleccionistas que querían recuperar piezas olvidadas. Simplemente hacían de arqueólogos.
Ahora, ya entrados en el siglo XXI, el oficio se ha profesionalizado y el marco laboral ha quedado institucionalizado. En España, desde hace un par de años, con los nuevos planes de estudios, además de los másters, por primera vez existen facultades de Arqueología,aunque todavía no ha salido la primera promoción. Pero esto no despeja las incógnitas: una vez terminados los estudios, ¿cuál es la realidad? ¿En qué consiste este estilo de vida?
“Existe una imagen bucólica de la profesión, pero el arqueólogo hoy en día tiene que hacer trabajo de campo en coordinación con su equipo. Y no todos los arqueólogos van por ahí con pinceles en la mano. En este oficioexiste un componente burocrático importante: hay que pedir permisos, porque para excavar siempre se precisa una autorización”, recuerda Gemma Caballé, de ADAC, Associació d’Arqueòlegs de Catalunya. “Es cierto: se necesita tener un cierto aguante físico, ya que al cabo del día acabas con la espalda machacada. Pero es un trabajo delicado y de hormiga, no de fuerza. Puedes tener suerte, no obstante seprecisa paciencia: el reconocimiento llega al cabo de los años”, explica.
Casi todos los arqueólogos sueñan con encontrar la tumba del faraón perdido, pero la realidad es que una de las salidas profesionales más comunes es la inspección arqueológica previa a la construcción de una obra, pública o privada. “En el fondo esta profesión tiene poco glamur. Un arqueólogo casi nunca decide dóndeexcavar: lo decide la constructora”, explica Carme Subiranas, de la empresa ARCS Patrimoni Cultural, que está terminando excavaciones en el castillo medieval de Vallmoll, en la provincia de Tarragona. “Hacemos los mismos horarios que los albañiles en una obra. Y las relaciones con los promotores pueden llegar a ser difíciles”.
Pues sí: los arqueólogos se ven como estorbos al desarrollo de planes...
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