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© del texto, Melisa Melgoza, 2010
© de esta edición, Editorial Atlántico S.A. de C.V.
Primera edición: 2010
Tercera reimpresión: Febrero 2013
Queda prohibida cualquier reproducción, completa o parcial, de esta obra sin permiso escrito de los editores.




Para mi madre, Irene Melgoza.













“La vida no se mide porlas veces que respiras, sino por los momentos que te dejan sin respiración”
-Tonya Hurley









Introducción
Este libro es una autobiografía de Melisa Melgoza Magallón, la coordinadora de recursos humanos mejor pagada de Guadalajara, toda una mujer de negocios.
Es acerca de los acontecimientos más relevantes de su vida, desde el momento en que nació hasta el día de su muerte.
Hablade sus hijos y de cómo conoció al hombre que estuvo con ella hasta el día de su muerte.







Capítulo I: La Última De La Familia
Fue una madrugada de 1996, exactamente a las 5 a.m. en algún hospital de Zapopan, Jalisco cuando llegué a la vida de Irene Melgoza Magallón pesando 3 kilos con 300 gramos, así fue como empezó todo; tal vez no fui una hija planeada pero sí deseada, o eso es loque me han dicho siempre.
Toda la familia me esperaba con ansias ya que fui la última sobrina de la familia Melgoza. Mi mamá tenía 7 hermanos, Lalo, Lupita, Estela, Marina, Josefina, Maria Luisa, Maribel y ella era más pequeña de todos, a sus 32 años me dio el más maravilloso regalo que existe: la vida.
No cabe la menor duda de que mi primer año de vida fue muy difícil para ella porque debeser muy difícil tomar el papel de madre y padre al mismo tiempo, por eso y muchas cosas siempre he dicho que es la persona que más admiro. Todas las mañanas me iba a dejar a la guardería y los sábados con mi tía para irse a trabajar y así poder darme todo lo que necesitaba.
Mi primera palabra fue “mamá”, lo cual me parece bastante lógico ya que siempre estaba con ella, o esperaba con ansias a quellegara del trabajo para abrazarla y/o jugar con ella, sin duda el momento en el que me iba a recoger de la guardería o de la casa de mi tía era la mejor momento del día.
Cuando era pequeña disfrutaba mucho hacer muchas cosas, ya que claro, no tenía ninguna preocupación. Me encantaba ver la tele o jugar con mi primo Aldo, pero creo lo que desde pequeña me ha encantado hacer es dormir, ¿existe algomás delicioso que eso? ¡No lo creo!
A los 4 años empecé a ir al kínder; mi kínder era uno de monjas, muchos pensaban que eso era bueno porque las madres son buenas personas y me podían inculcar cosas buenas, pero en verdad era lo peor del mundo, ellas eran muy malas con todos, a excepción de una que se llamaba Rosa, era la única madre que era linda y paciente con los niños pero lamentablementenunca estuve con ella porque su labor era cuidar a los niños que eran aun más pequeños, las madres que me tocaban a mi eran muy malas, recuerdo que una de ellas en alguna ocasión le pegó a un niño de mi grupo por portarse mal, pero a pesar de todo eso a mí me gustaba ir porque en ocasiones era divertido hacer travesuras como escalar la pared de la entrada (siempre hacía eso con mis amigos) yescribir cosas en el pizarrón mientras se iban las madres.
Recuerdo muy bien un día que había llovido muy fuerte en Guadalajara y ya era muy tarde (eran como las 6 de la tarde) y mi mamá no llegaba por mí, todos mis compañeros ya se habían ido y yo seguía ahí escuchando la misa que hacían diario, lloraba inconsolablemente porque ya quería ver a mi mamá; la directora de mi kínder era la peor del mundo,en verdad no puedo creer que fuera una monja, era muy mala con todos, nos gritaba horrible y ese día no paraba de decirme —cállate ya, sino tu mamá nunca va a venir por ti—, digo, si estaba viendo que estaba muy triste al menos hubiera tratado de tranquilizarme un poco pero hizo todo lo contrario, empecé a llorar más y más hasta que por fin llegó mi mamá por mí, era como oír a los ángeles...