lana
La leyenda dice que hace siglos, cuando San Juan no era más que un polvoriento caserío, había una india llamada Mariana que tenía una rara ocupación: bajo unalgarrobo y siempre acompañada de un perro, la mujer vendía "piedritas brillantes", como le decía ella.
Eran pepitas de oro y pronto despertaron la avaricia de los españoles. Estos le preguntaban aMariana de dónde sacaba ese tesoro y la india, pitando un cigarro que nunca abandonaba, sólo les reveló que lo obtenía de un pocito ubicado en algún lugar camino a Mendoza.
Cierta noche los europeosdecidieron seguir a la india para localizar el hueco de donde extraía el tesoro y partieron tras ella. Luego de varias horas de camino creyeron ver en la oscuridad una brasa, que identificaron como elcigarro de Mariana. Se lanzaron sobre ella, pero su sorpresa fue infinita: un enorme perro negro con ojos de fuego se levantó del piso. Era el mismo que acompañaba a la india, pero transformado de talmanera que parecía de otro mundo. Lo que vieron no era el cigarrillo, eran los ojos del can.
La risa burlona de la india se escuchaba por todos lados, pero los hombres no la veían. Al día siguientehubo un gran terremoto y nunca más se supo de Mariana. Desde entonces a esos territorios al sur de la Ciudad de San Juan se los conoce como Pocito y de ahí tomó el nombre el actual departamento quelimita con Rawson.
La sirena de hurtado: cumbia
Cuentan los abuelos que Rosario Arciniega, era una niña muy linda y caprichosa, nacida en el barrio "Cañaguate" de Valledupar. Acostumbrada a hacersiempre su voluntad, no hizo caso cuando sus padres, fieles a la tradición, le prohibieron que fuera a bañarse a las profundas aguas del pozo de Hurtado en el río Guatapurí, por ser un Jueves Santo, díaconsagrado a rememorar la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Orgullosa y resuelta, Rosario se marchó a escondidas y al llegar al pozo, soltó sus largos cabellos, se quitó la ropa y se lanzó al agua...
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