larkin
Por Philip Larkin
// Traducción_ Javier Alcácer/ Juan Terranova
Cuando metía la cara en un libro
me curaba todo salvo el colegio,
Valía la pena arruinarme los ojos
para comprobar que todavía podía ser cool
y usar el viejo y querido gancho derecho
a perros sucios de dos veces mi tamaño.
Más tarde, con lentes de vidrio grueso,
el mal fue midiversión
yo, mi capa y mis colmillos.
Pasé días salvajes en la oscuridad
Reventaba a las mujeres con sexo
Las partía como a un merengue.
No leo mucho ahora: el tipo
que decepciona a la chica antes de que
el héroe llegue, el chino que cuida el negocio
Me resultan demasiado familiares. Date cuenta:
los libros son un montón de mierda.
SOLEADO PRESTATYN
Ven al soleadoPrestatyn
Sonreía la chica del cartel,
Arrodillada sobre la arena
En ajustado blanco satén.
Detrás, un buen trozo de costa
Y un hotel con palmeras que parecían
Surgir de sus muslos y los brazos
Extendidos, alzando su busto.
La pegaron un día de Marzo.
A las dos semanas, cambió su rostro:
Tenía colmillos y era bizca;
Bien marcadas, unas enormes tetas
Y una raja en la entrepierna,
Espacioocupado por unos garabatos
Que la hacían cabalgar a lomos
De una verga tuberosa y sus pelotas,
Firmado El Enano Thomas; mientras
Alguien usaba un cuchillo,
O algo así, para apuñalarle
Los labios bigotudos de su sonrisa.
Era demasiado perfecta para esta vida.
Muy pronto, un gran desgarrón transversal
Dejó tan solo una mano y un poco de azul.
La Lucha contra el Cáncer ocupa ahora sulugar.
Curación por la fe
Lentamente las mujeres se ponen en fila donde él está
erguido con sus anteojos sin marco, cabellera plateada,
traje oscuro, cuello blanco. Los ordenanzas incansablemente
las persuaden hacia su voz y sus manos,
dentro de cuya primaveral agua tibia de lluvia de cuidado amoroso
cada una permanece unos veinte segundos. Y bien, hija querida,
qué te anda mal,pregunta la profunda voz nortemericana
y casi sin pausa, pasa a una oración dirigiendo a Dios sobre este ojo, aquella rodilla.
Las cabezas soportan las manos abruptas; luego, exiladas
como pensamientos que se pierden, se van en silencio; algunas
se pierden como ovejas, no vuelven a sus vidas otra vez
de inmediato; otras se quedan duras, estremeciéndose y con fuertes
y profundas lágrimas roncas,como si un chico mudo
e idiota todavía viviera dentro de ellas
para volver a despertar ante la bondad, pensando que una voz
finalmente las llama a ellas solas, que las manos han venido
para alzar y aligerar; y llega un gozo tal
que sus gruesas lenguas se desbocan, sus ojos derraman pena, un gentío
de grandes respuestas inaudibles empuja y se regocija…
¡Qué está mal! Bigotudos se sacuden enetiqueta florida:
ahora todo anda mal. En todos los de allí duerme
un sentido de la vida vivida según el amor.
Para algunos significa la diferencia que podrían hacer
amando a otros, pero en la mayoría ronda
todo lo que podrían haber hecho si los hubieran amado.
Eso nada cura. Un inmenso dolor que debilita,
como cuando, derritiéndose, el rígido paisaje solloza,
se despliega lentamente através de ellos… eso, y la voz arriba
diciendo Hija mía, y todo lo que el tiempo ha refutado.
Se va a la iglesia
Una vez cerciorado de que nada celebran
entro: dejo la puerta que se cierre de golpe.
Otra iglesia: libritos, esteras, bancos, piedra
desparramo de flores puestas para el domingo
ahora amarronadas; algo de bronce, objetos
hacia el extremo sacro, el organito pulcro
y un mohoso ytenso, no ignorable silencio
de sabe Dios cuánto hace. Me quito, sin sombrero,
los broches de ciclista en torpe reverencia.
Me adelanto, recorre mi mano el baptisterio.
De donde estoy el techo parece casi nuevo:
¿Limpiado, restaurado? Alguien sabrá. Misterio.
Asciendo al leccionario y examino unos versos
intimidantes, magnos. “Es palabra”, pronuncio
mucho más fuerte que lo que yo...
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