Las aficiones que nos encadenan del pasado
Las respuestas pueden ser innumerables,pero la verdadera razón depende de la naturaleza de cada persona. Muchos que tenemos una convicción real en un ser supremo, podemos citar mil y una razones paraargumentarlo. Otros más escépticos, tienen su propia justificación para sustentarlo.
Se debe aprender a asumir y enfrentar las crisis, las preocupaciones, lasnecesidades, para desahogarse y aliviar las penas. No se pueden esperar soluciones mágicas, no se puede vivir de ilusiones apoyadas en sueños; debe ser una etapade autoayuda, donde buscar apoyo en otros es válido; pedir fuerza no está de más.
Las crisis nos ayudan a madurar espiritualmente; nos enseñan que en la vida nadaestá perdido si nos aferramos a una verdadera fé, venga de donde venga; en medio de las situaciones difíciles, debemos confía en el poder de la propia fuerzainterior, las capacidades, habilidades e inteligencia con que fuimos dotados; y para quienes somos creyentes, no dudemos, porque si de algo estamos seguros es quesiempre “DIOS TIENE TODO BAJO CONTROL”.
Estas y muchas otras reflexiones, pueden considerarse como una crisis y sus más posibles formas de combatirla. No basta consolo decir que nuestra vida esta rodeada de crisis, es necesario enfrentarlas, combatirlas y ser ayuda para otros con un camino nuevo.
Soy una persona convencidaque vinimos al mundo con un objetivo social, en el que debemos con nuestro propio ejemplo, ayudar a otros a ser precursores de una existencia exitosa y feliz.
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