Las Autonomias provinciales
De hecho, las provincias asumieron en su jurisdicción las atribucionesque le habían correspondido al gobierno central y dictaron sus propias constituciones o estatutos, de tipo republicano y representativo.
Estos estatutos -u otras normas legales- afirmaron la soberaníae independencia de cada provincia y regularon la administración interna y sus vínculos con el mundo exterior.
También incluían las pautas necesarias para organizar un Estado, como la justicia, elsistema electoral, la defensa, la acuñación de moneda, las finanzas públicas, el comercio exterior y la aduana, los derechos y las garantías de las personas, las relaciones exteriores, etcétera.
Larepresentación política se organizó en la Sala de Representantes, un órgano legislativo que permitió la participación de nuevos actores sociales y la eliminación, entre las décadas del 20 y el 30, de losantiguos cabildos.
Sin embargo, la organización autónoma de cada provincia y la posibilidad de contar con poderes e instrumentos legales no fueron suficientes, salvo excepciones, para garantizar suestabilidad política y la relación pacífica entre ellas.
Además de estar afectadas por los conflictos entre las diversas facciones de las elites locales, la provincias debían tratar de mantener el ordensocial -necesario para la recuperación económica- que había sido alterado por la revolución y la guerra.
También intentaban defender la autonomía provincial y los intereses localistas, mediante unfrágil sistema de alianzas interprovinciales, sobre todo frente a Buenos Aires.
Estas circunstancias permitieron el ascenso de jefes militares de orientación federal -los caudillos- a los gobiernosprovinciales: Estanislao López en Santa Fe, Juan Bautista Bustos en Córdoba, Facundo Quiroga en la Rioja y Felipe Ibarra en Santiago del Estero.
En otros términos, el ideario federal estaba en basa en el...
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