Las doce... una simple muerte
Autor: Carlos G. Moreira A.
Todo lo que hagas en tu vida será insignificante, pero es muy importante que lo hagas… Con esas simples palabras Gandhi expresa el sentido de la vida; transmite seguridad; da paz y serenidad incluso a aquel quien busca incesante al boticario shakesperiano. Pero no a mí.
Yo estoy ante dos cuestiones, y aunque breves son,ambas quieren profundidad; sí, clara, turbia y oscura profundidad… ¿quién soy yo? ¿cuál es mi última meta física? Ambas serpientes me mordieron y evocaron en mi convalecencia el recuerdo de Gandhi. Ellas parecían claras, luego poco a poco y tornándose cada vez más turbias, llegaron a ser tan opacas e inciertas como una caverna que se adentra en una montaña olvidada y donde ni siquiera el aire seatreve a entrar.
Yo no difiero mucho de Gandhi. Sí, cada vida es como una gota de lluvia que se une al vasto océano; un grano de arena que desapercibido se levanta en vuelo para caer sin previo aviso ni dirección en cualquier lugar de un desierto… somos poco; casi nada ante los ojos del planeta vivo que nos alberga. Pero esa nimiedad no es tan simple; por eso agregaría una dicotomía a lainsignificancia de la frase: el ser humano es muy complejo y eso lo descubrí en el ocio de la vida.
He aquí la razón de mí desvelo, he aquí el por qué desfallezco mordido por las serpientes y llegado a la respuesta sin repuesta y sin fin posible hasta el ocaso de mi vida: la vida es simple, pero no lo suficiente para plasmarla en un papel y mucho menos posible saber la última meta de la vida misma sinantes haber terminado de escribir en el Libro de la Vida.
Sin embargo, a pesar de la imposibilidad antes planteada, en el suelo y retorciéndome, entre pasiones y risas, logré plasmar doce meditaciones dadas por la tortura de la toxina:
Meditación uno:
“He encontrado la clave que necesitaba para poder dar respuesta a las preguntas de la clase de metafísica: adentrarme en mi pensamiento y buscardentro de éste mi yoidad y mi meta última.”
Meditación dos:
“Está complicada la tarea asignada, yo he dado respuesta a esto antes; no sé por qué me es tan difícil ahora… seguramente es porque le estoy buscando una respuesta de la mano de mi amiga sofía…”
Meditación tres:
“Me di cuenta que cada vez que lo pienso mi yoidad se vuelve más amplia e indefinible. Tengo un nombre, sé por qué me lodieron mis padres, sé cómo me llaman los otros y sé qué significado le doy. Conozco mi nacionalidad y algo de la cultura de mi patria, conozco mi familia, sé qué me gusta y qué no, comprendo mis acciones y reacciones, conozco mi ascendencia española-alemana-brasileña, sé que además soy mestizo de tres razas, conozco mis capacidades pero no mis límites porque cada vez los supero… la lista crece yseguirá creciendo; será terminable hasta que deje de latir mi corazón.”
Meditación cuatro:
“Si mi yoidad no es limitable ¿cómo encontrar o esbozar siquiera mi meta última?”
Meditación cinco:
“Me siento encerrado, enclaustrado, atado, atrapado: mi fin. Siento el aire: no me inspira; veo mi gran verdugo; escucho la risa, no me anima; huelo la paz, mas no hay calma.
Quiero gritar, estallar, rompermi pecho en mil pedazos. Siento un ardor, me consume, destroza y carcome. Un caos: conmoción de anhelos, sentimientos y emociones.
Oscuridad total, eco profundo. ¡Grito! Solo me escucho; un eco que lentamente desvanece mis adentros…”
Meditación seis:
“Pensar en esto es un verdadero dolor de cabeza. Y siempre llego al mismo lugar sin importar el planteamiento por el que comience… no heterminado mi vida, por tanto es ilógico definirme si estoy en constante cambio, desarrollo y transformaciones…”
Meditación siete:
“El sonido del silencio… lo encontré y ahora no lo quiero escuchar.
Me carcome y me incita cada día a caminar. A pensar, a cuestionar y caminando en el silencio el terror me ha de atacar: una calle que me invita, ¿adelante o hacia atrás?
Todo es curvo el tiempo mismo...
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