Las Dos Revoluciones De Khun Se Nombra A Bourdieu
Acaso resulte redundante, por no decir inútil, repetir una vez más las tesis centrales de La Estructura de las Revoluciones Científicas (Kuhn, 1971). Sobre todo porque, paradójicamente, lo que más ha trascendido de esa obra y aquellas ideas en las que prácticamente hay acuerdo general entre historiadores de la ciencia, filósofos y científicos, no es precisamente lo que en su momento más llamó la atención. En efecto, por curioso que resulte, la idea más criticada ha sido precisamente la de "revolución", mientras que las de competencia entre escuelas de pensamiento (ciencia pre-paradigmática), paradigma, comunidad científica y ciencia normal, han sido mejor acogidas.
En buena medida la relativización de la idea de revoluciónentendida como un cambio radical y brusco en el pensamiento y prácticas de una comunidad científica se debió al propio Kuhn, como lo han explicado diversos autores. Así, por ejemplo, el connotado científico y divulgador de la ciencia mexicano Ruy Pérez Tamayo, en su reciente libro La revolución científica (2012), rememora cómo fue su lectura de la obra de Kuhn. "Al principio", cuenta Pérez Tamayo,"rechacé las generalizaciones de Kuhn" (Pérez, 2012: 18). No obstante, después estableció "un armisticio" con él, debido a que notó que las revoluciones descritas por Kuhn han sido propias de ciencias como la física o la astronomía, mas no así en la medicina y en general en las ciencias biológicas, cuya evolución ha obedecido más bien a una lógica de acumulación (Pérez, 2012: 18-19).
PérezTamayo recuerda que el propio Kuhn revisó sus primeros planteamientos iniciales en su libro La tensión esencial (1983), reconociendo que la revolución por él descrita no es un mecanismo ubicuo en todas las ciencias, y también reconociendo que si hubo una revolución científica ésta afectó particularmente a las ciencias físicas clásicas y no a otras ciencias naturales y de la vida (Pérez, 2012:75-76).
Pero ese "armisticio" también se debió, dice Pérez Tamayo, a un reconocimiento del "gran impacto que muy pronto empezaron a tener en la filosofía contemporánea de la ciencia" las ideas de Kuhn (Pérez, 2012: 18). Al parecer, el propio Pérez Tamayo asume que el acuerdo o consenso de una comunidad, en este caso la filosófica, tiene un peso esencial en la definición de lo que se consideraráválido.
Más allá de la discusión, apasionante e interminable, sobre la existencia, número y estructura de las revoluciones científicas, resulta importante preguntarse si el libro de Kuhn, La Estructura de las Revoluciones Científicas, fue a su vez un libro revolucionario (¿representa un nuevo paradigma en la historiografía y la filosofía de la ciencia?), y en caso de una respuesta afirmativa:para quién, cómo y porqué. En el presente artículo no se intentará llevar hasta sus últimas consecuencias semejante empresa, pues ello requiere de una investigación histórica mucho más sistemática y profunda. Aquí solamente se apuntarán algunas ideas en esa dirección recurriendo a otros autores.
Una revisión incluso somera de textos publicados en Internet, ya abundantes, a propósito del 50oaniversario del libro en cuestión, permiten apreciar que el Revista tratamiento que se le ha dado es, claramente, el de ser un libro revolucionario.1El énfasis, al parecer excesivo, puesto por su público -sobre todo universitario- en la idea de lo revolucionario (inducido sobre todo por el mismo título) contribuyó a una mala interpretación, de hecho una sobreinterpretación. El propio ThomasKuhn ya advertía en La Estructura de las Revoluciones Científicas que "la noción de la ciencia normal depende más de su existencia que de la de las revoluciones" (Kuhn, 1971:148).
Asimismo, la posdata que Kuhn añadió a la edición de 1970 (aunque escrita en 1969), si se observa con cuidado, está dedicada mayormente a precisar los conceptos de paradigma y estructura comunitaria, la noción de...
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