las drogas y el canto de las sirenas
Páginas: 2 (273 palabras)
Publicado: 20 de septiembre de 2014
LAS DROGAS Y EL CANTO DE LAS SIRENAS
Cada vez que nos invade el sentimiento de desesperación y de impotencia propio del problema de las drogas, se aviva la amarga yproverbial disputaentra quienes piden su legalización o despenalización y los que se oponen a ella.
Los primeros apuntan que una política liberadora permitiría desistir de solucionescostosas e ineficacesde tipo penal y centrarse en estrategias preventivas o de tratamiento. Algunos denuncian la hipocresía de esta sociedad que tolera sin reservas el consumo desustancias tan adictivas ypeligrosas como el alcohol o el tabaco.
De frente están, quienes creen que la despenalización de las drogas comunicaría un mensaje erróneo a losjóvenes, las principales víctimas de laepidemia, la liberalización desataría enormes problemas de salud y seguridad pública porque muchas de estas sustancias inducen a conductasagresivas o antisociales además de ser tóxicas.Ante el apetito humano por las drogas pienso que el papel protector de la sociedad adquiere especial importancia.
Casi todos loshumanos nos hemos arrepentido de alguna acción impulsivay , en retrospectiva, deseamos que alguien nos hubiese impedido llevarla a cabo, incluso por la fuerza.
Homero ilustraeste dilema en La Odisea. En un punto de su travesía, Ulises sabeque va a escuchar el canto de las sirenas, pero teme que si lo hace será seducido por ellas y morirá ahogado.
Escierto que el equilibrio entre nuestro compromiso con el derecho a laautodeterminación y nuestra tolerancia hacia el sufrimiento y la autodestrucción del ser humano nos planteaun enorme desafío. Pero también es verdad que los beneficios potenciales de lalegalización palidecerían ante el escenario, más que posible, de millones de criaturas enganchadas.
Cada vez que nos invade el sentimiento de desesperación y de impotencia propio del problema de las drogas, se aviva la amarga yproverbial disputaentra quienes piden su legalización o despenalización y los que se oponen a ella.
Los primeros apuntan que una política liberadora permitiría desistir de solucionescostosas e ineficacesde tipo penal y centrarse en estrategias preventivas o de tratamiento. Algunos denuncian la hipocresía de esta sociedad que tolera sin reservas el consumo desustancias tan adictivas ypeligrosas como el alcohol o el tabaco.
De frente están, quienes creen que la despenalización de las drogas comunicaría un mensaje erróneo a losjóvenes, las principales víctimas de laepidemia, la liberalización desataría enormes problemas de salud y seguridad pública porque muchas de estas sustancias inducen a conductasagresivas o antisociales además de ser tóxicas.Ante el apetito humano por las drogas pienso que el papel protector de la sociedad adquiere especial importancia.
Casi todos loshumanos nos hemos arrepentido de alguna acción impulsivay , en retrospectiva, deseamos que alguien nos hubiese impedido llevarla a cabo, incluso por la fuerza.
Homero ilustraeste dilema en La Odisea. En un punto de su travesía, Ulises sabeque va a escuchar el canto de las sirenas, pero teme que si lo hace será seducido por ellas y morirá ahogado.
Escierto que el equilibrio entre nuestro compromiso con el derecho a laautodeterminación y nuestra tolerancia hacia el sufrimiento y la autodestrucción del ser humano nos planteaun enorme desafío. Pero también es verdad que los beneficios potenciales de lalegalización palidecerían ante el escenario, más que posible, de millones de criaturas enganchadas.
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