las drogas

EL NUEVO ORDEN
INTERNACIONAL
Y LAS

POLÍTICAS DE
DROGAS
Fernando Tenorio Tagle
La cuestión drogas se ha constituido en uno de los temas
centrales del presente siglo. La literatura de especialistas
y no especialistas es por demás abundante y ha venido a
formar parte, deseada o no, de lo cotidiano. De este
modo, el tema ha sido visto como un fenómeno
económico, estrictamente político,antropológico y, desde
luego, médico y psicológico. Sin embargo, toda esta
cultura ha sido el resultado de las políticas
prohibicionistas que descansan en la base teórica y
valorativa que aprecia el uso de determinadas drogas
como un problema social.
Parte de esta cultura que debate el prohibicionismo ha
insistido en reflexionar su historia, sobre todo por estar
inmersos de manera cada vezmás decidida dentro de la
lógica de la modernidad, cuya

* Profesor-Investigador del Departamento de Derecho, Universidad Autónoma
Metropolitana-Azcapotzalco.

insistencia a renovarse y aparecer siempre nueva,
desmorona el pasado próximo, pretendiendo condenarlo
al olvido. Y parte de estas reflexiones han dado cuenta de
las diversas políticas sobre drogas, tanto en la actualidad
como enetapas pre modernas, cuya distinción atiende,
entre otras razones, a fundamentos sacros o laicos del
poder.
Para los fines de este documento, pretendo mostrar,
por una parte, que la política prohibicionista en materia de
drogas, como gran parte de la política en materia criminal,
desde hace poco más de cien años, ha renovado la
actitud premoderna, apelando contradictoriamente a la
razónlaica del saber científico; y por otro lado, que tales
justificaciones
han
posibilitado
parte
de
la
redimensionalidad de la economía mundial y consolidado
la misma posibilidad de la ima-

gen, de un único orden universal, que en breve podría,
dadas las nuevas condiciones mundiales, rectificar esa
actitud cuyo desiderátum podría imaginar una progresiva
informalización de la justicia,que en este tema
significaría una forma de legalizar alternativamente el
uso de drogas, descargándolo de las respuestas
punitivas.
Como ha sido ya ampliamente difundido, el uso de
drogas ha acaecido desde siempre, y en todos los
tiempos ha habido momentos tanto de permisión como de
prohibición, aunque los escenarios de los órdenes
prohibicionistas más importantes parecen haberse
verificadodesde hace 500 años, cuando dio inicio la
conquista y colonización de las razones de Occidente,
que en nuestros días parecen conmemorar su casi
absoluta consolidación. Para entonces, las guerras
expansionistas de los reinos europeos encontraron
justificación tanto en la cruz como en la recién renovada
idea de civilización, apareciendo muy firmemente la
dicotómica expresión entre sociedadesprimitivas o
atrasadas y sociedades civilizadas. El encuentro de dos
mundos, como algunos lo mencionan, trajo consecuencias
desastrosas
para
las
conciencias
autóctonas,
particularmente de la América Latina, y ello no sólo por el
paciente genocidio que en Mesoamérica, por ejemplo,
testimonió la muerte de más de 20 millones de indígenas
durante los primeros 100 años de las llamadasguerras de
pacificación, sino, también por el suicidio cultural al que
fueron inducidos los que se resistieron a morir en esta
tierra. Justo para ellos Se escenificó la primera
experiencia prohibicionista: si las drogas originarias —con
todas las virtudes dadas por los también.-dioses
originarios— manteníanse vigentes, era necesaria su
condena para los intereses de la cristiandad. Por ello lasplantas otrora divinas, sacras y que producían efectos
inexplicables para la conciencia hispana, como para la
ciencia en la actualidad, vinieron a ser señaladas como
productos del demonio.
Semejante actitud vivió la Europa Renacentista al
sancionar con la pena de muerte al fumador de tabaco
que imitaba, como se decía, las costumbres bárbaras de
los indios sin dios.
No obstante, existen...