Las Drogas
Otro autor, Juan José Bruner, señala que, como en los sujetos, los pueblos se miran también a sí mismos en la imagen que les devuelve el espejo de sus culturas, un espejo que "está irremediablemente trizado por las innumerables formas y los infinitos contenidos que pugnan por expresarse en la cultura y por los modos como la sociedad se ha adueñado de nuestroentendimiento sin llegar a suprimir, a pesar de ello, en lo universal, nuestra función de sujetos". En los pueblos —continúa—, "su comprensión histórica, y por ende su identidad, no les son ofrecidas sino de una manera incompleta, como ideologías quebradas, yuxtapuestas, entrecortadas, deshilachadas, en la imagen del espejo trizado de su propia y presente cultura" (Bruner, 1992).
Esto hace buscar, entrelas imágenes quebradas y recortadas del espejo, los signos de nuestra identidad. El espejo de la cultura "nos ofrece las imágenes cambiantes, cifradas, seductoras también, en medio de las cuales tenemos que construir identidades, proyectarnos, sacar a la luz un sentido, hacerlo, creándonos para nosotros mismos, para poder manejarlo" (Bruner, 1992).
La identidad no se da de forma precisa ni tampocode manera definitiva o fija; es un proceso de búsqueda constante entre el nosotros y los otros, de las relaciones con el "otro", de las relaciones que establecen las diferencias. Las identidades colectivas se basan no en lo que sus miembros tienen en común: puede que tengan muy poco en común excepto no ser los "otros" (Hobsbawm, 1996).
Por otro lado, ¿qué es un movimiento social?, y en ese mismoorden ¿existe un movimiento campesino en México? Ya en los años setenta se cuestionaban las visiones globalizantes sobre los procesos de las sociedades latinoamericanas; se sentía la necesidad de adoptar otros enfoques que aprehendieran las particularidades de las nuevas manifestaciones y de los nuevos actores, pues los análisis de éstas resultaban globalizantes y por lo tanto desfasados. Noobstante, tampoco hay conjuntos conceptuales que cubran a cabalidad las expresiones de los movimientos sociales, tan sólo apuntan la encomienda de construir un modelo teórico global que comprenda la fragmentación y la heterogeneidad de los movimientos sociales.
Béjar y Fernández dicen que la globalidad se ha redefinido en tres aspectos: no a las visiones totalizadoras, no a supuestos sujetosportadores de fuerza transformadora y no a proyectos predeterminados sin relación con las reales posibilidades y fuerzas en capacidad de instaurarlos (Guido Béjar y Fernández, 1990). Para estos autores el proceso global se convierte en subalterno de la indagación y aproximación empírica y sólo interesa como un referente de contexto.
Los movimientos sociales en América Latina aparecen en el marco de unacrisis muy heterogénea y vasta, sin un epicentro que regule su comportamiento. Al respecto escribe Calderón:
Los movimientos sociales latinoamericanos no sólo son heterogéneos en términos de las relaciones sociales que expresan, sino también en términos de sus dinámicas de acción. En ese sentido, no hemos podido encontrar un único principio que explique el funcionamiento y el cambio de los...
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