Las grandes preguntas
No es que el hombre no sepa muchas cosas sobre sí mismo. No se trata de falta de información, sino de la dificultad que experimenta paraentenderse a sí mismo. Como si, al analizarse, encontrara piezas que no sabe exactamente para qué sirven, qué función desempeñan; ¿son restos del pasado, como la muela del juicio parecerevelar una precedencia rumiante de nuestra especie? ¿son vestigios iniciales del futuro? ¿pero de qué futuro?; porque ¿hay un después?
Cada generación necesita unarespuesta actualizada a las grandes preguntas que el hombre se hace sobre sí mismo, y tiene que ser ella misma quien las encuentre. No se aprenden desde fuera; han de encontrarsedentro. A esto se refiere Melville cuando dice que “es vano intentar divulgar lo que es profundo, y toda verdad humana es profunda. De ese minero profundo que trabaja en todosnosotros, ¿cómo puede uno deducir, por el sonido apagado y sordo de su piqueta, adónde lleva su pozo?. Pues todo lo que de verdad es prodigioso y terrible en el hombre, jamás se hapuesto aún en palabras o libros” (H. Melville, Moby Dick).
Las fisuras para descender a lo profundo, a lo interior del hombre, son esas fracturas que el hombre experimenta entrelo que presiente como posible y lo que en realidad obtiene, entre la vida a la que aspira y la que en realidad consigue, la diferencia entre lo proyectado y lo realizado, entrela realidad de su vida terrena y su aspiración radical a traspasar sus estrechos límites actuales e ir más allá. Ese desajuste es tan grande y evidente que constituye para éluna fuente de desasosiego y de inquietud. El hombre advierte que ese gran proyecto que es su vida, frecuentemente acaba en una realidad deficiente que le deja insatisfecho.
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