Las huelgas de enero de 1976 en Madrid. Un pulso al sistema

Las huelgas de enero de 1976 en Madrid.
Un pulso al sistema
Introducción
Las huelgas que tuvieron lugar en el mes de enero de 1976 en Madrid supusieron un hito de indudable trascendencia. La clase trabajadora madrileña estampó su sello claramente en el objetivo de lograr una sociedad más justa y democrática tras cerca de cuarenta años de Dictadura. Las cifras de los trabajadores queparticiparon en aquellos conflictos así lo atestiguan: la horquilla va de los más de 300.000 huelguistas a cerca del medio millón, lo que supone un porcentaje que oscila en torno a un 30% de la población asalariada de Madrid1.
En un periodo en el que la represión laboral y policial se ejercitaba por doquier, el seguimiento de la huelga se mostró en la calle de forma nítida. Los numerosos encierros,concentraciones y manifestaciones acreditaban el estado de ánimo de los trabajadores: “(…) citaremos a título de ejemplo la del Ministerio de Hacienda en la que participaron 35.000 obreros el día 12. El día anterior hubo otra de 11.000 trabajadores de diferentes ramos en Atocha. Asimismo hay que destacar las importantes manifestaciones y acciones en Getafe: el día 9 una manifestación de 20.000trabajadores, y el 13 otra de 20.000 trabajadores y vecinos de la localidad. En Villaverde, el día 12, fueron 25.000 obreros en manifestación por todo el pueblo. En Alcalá de Henares 3.000 personas se manifestaron por todo el pueblo el día 14”2.
Una conflictividad de estas características, por fuerza, tenía que marcar la evolución del movimiento obrero y, por extensión, a otras capas y sectoressociales madrileños. Así, entre las consecuencias más importantes y directas cabe resaltar tanto una recuperación progresiva de la confianza en sus propias fuerzas para conseguir cambios significativos como el dotarse de organizaciones sindicales de clase que defendieran sus intereses, propiciando el colapso del sindicato vertical auspiciado por los jerarcas del franquismo. Es más, aquellas huelgasreflejaban un ambiente que no sólo se circunscribía a Madrid sino que coincidía con el existente en otras zonas de España, hasta el punto de que es posible aseverar que la transición democrática hubiera sido muy distinta sin la irrupción de aquellas protestas tan generalizadas.
Esta valoración sobre su indudable trascendencia ha sido expuesta en buena parte de las publicaciones que se han ocupado deanalizar estas movilizaciones3. En cualquier caso, resultaba tan evidente que se trataba de un movimiento extraordinariamente masivo que ya se calificaba como tal durante las propias huelgas: “De confirmarse en sus consecuencias (…) se pondría término a la huelga más intensa -y extensa- de los últimos cuarenta años”4.
En este sentido, se debe reseñar que, en dichos estudios, las huelgasmadrileñas son caracterizadas con unos rasgos muy similares. Se indica que fueron muy extensas, como consecuencia de los sectores económicos afectados, de la amplitud en su localización territorial y del número de trabajadores involucrados. También, se enfatizan por su intensidad, lo que provocó una mayor agudización de la lucha de clases, cuyo cénit se produjo en la multitud de cierres patronales yen la proliferación continua de manifestaciones en condiciones de ostensible ilegalidad. De hecho, la larga duración de las luchas en las empresas y en otros centros económicos, junto al sacrificio que comportó el mantenimiento de las huelgas, es también puesto de manifiesto. Asimismo, se ha resaltado el contenido claramente económico del conflicto, aunque no de forma exclusiva, ni excluyente, dadoque incluía también reivindicaciones de matiz indudablemente político.
Por otro lado, hay una coincidencia generalizada sobre la importancia que los líderes de Comisiones Obreras (CCOO) –militantes del Partido Comunista de España (PCE) casi en su totalidad- tuvieron en la conducción de las protestas, desde su nacimiento hasta su conclusión, si bien no estaban aún configuradas como una...