LAS HUELLAS DEL ANTIPOEMA
por Federico Schopf
La antipoesía -como escritura y como noción suficientemente contradictoria- se encuentra ya plenamente aceptada, celebrada, reconocida, en parte institucionalizada, pero sigue también resistiéndose a ser asimilada del todo o, al menos, en dimensiones que parecen decisivas. La obra de Nicanor Parra -desde Poemas y antipoemas(1954) hasta ObraGruesa (1969)- está ya integrada a la historia literaria de la lengua española y constituye una parte insoslayable del horizonte de expectativas desde el que se lee poesía -y antipoesía y lo que sigue- en la actualidad. Los poetas jóvenes se enfrentan a ella no sólo como advertencia para no recaer en modalidades ineficaces de hacer poesía -anteriores y posteriores al antipoema sino también como unaescritura que sigue desarrollándose y que, cada cierto tiempo, reaparece en la escena pública con proposiciones renovadas: últimamente, los ecopoemas, los escombros, los discursos de sobremesa, que se hacen cargo de los problemas más candentes de hoy y del problema mismo que es la supervivencia de la poesía en las sociedades dominadas por los medios masivos de comunicación -que coquetean poco conella- y por la economía de mercado que tampoco la promueve demasiado como objeto de consumo.
Desde antes de la constitución de su diferencia -desde su preparación e infiltración en algunos poemas- la antipoesía fue acompañada por el comentario negativo de los críticos oficiosos -o sus compañeros de ruta- en el mediocre escenario de la cultura institucionalizada. "Sinfonía de cuna" y otros poemasfueron calificados -en el lejano 1941- de "poesía epidérmica, efímera, como todo lo que no se nutre de la realidad profunda del hombre"(1). Poco antes de aparecer Poemas y antipoemas -anunciado por una serie de anticipos, uno de ellos con el título de "Notas al borde del abismo"- otro antologador estimaba en Parra "al cantor simpático, al poeta menor absoluto"(2).
No obstante, sorprendentemente, lapublicación de Poemas y antipoemas, en 1954, produjo un enorme impacto entre los poetas, en especial, entre los jóvenes y desorientados escritores chilenos que empezaban a trabajar después de la Segunda Guerra Mundial y en plena Guerra Fría. Dos características suyas fueron las que más llamaron la atención: la desacralización del yo Poético, su descenso de las alturas a las que lo había encumbradoel modernismo en nuestro medio y la (re)incorporación de la oralidad -del tono oral, del discurso cotidiano, no sólo las palabras sino también las estructuras sintácticas, las frases hechas, los lugares comunes del pensamiento- a la escritura poética. Armando Uribe -joven poeta chileno de ese entonces- recordaba que "los antipoemas nos hicieron dar un salto ... Desde Residencia en la tierra deNeruda ningún poeta nuestro había dado en la realidad común y ominosa de una manera tan absoluta. En esa época, hay que confesarlo, nos sentíamos en cierto modo traicionados por Neruda. El poeta que había entrado de frente a lo atroz en Residencias, el que se había atrevido a todo, volvía la espalda a la vida terrible y construía un mundo hermoso e innumerable en Las uvas y el viento. En cambio, laantipoesía de Parra reproducía nuestra propia vida; era poesía por el lado del revés, por el lado que uno vive cuando no admite el mundo como es y no sabe cómo debe ser"(3).
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La antipoesía es una escritura elaborada a partir de la negación de los rasgos esenciales de otras escrituras y de otros discursos literarios y no literarios. El antipoema es una contradicción, un contratexto. No es sóloresultado de la reflexión, sino todavía más de una búsqueda llevada a cabo en la práctica poética misma. Ni siquiera los poemas que el propio Parra había escrito con anterioridad -durante los años del Frente Popular en Chile y la Guerra Civil Española- resistieron este examen. Habían sido (por lo menos en proyecto) una especie de poesía comprometida socialmente.
En efecto -y reaccionando contra...
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