Las llaves de la Felicidad
LAS LLAVES DE LA FELICIDAD
El autor de Una maravillosa desdicha, psiquiatra y etólogo, explora en
compañía de Claude Weill la geografía compleja de la felicidad, sus pistas
falsas –las certezas demasiado confortables de las ideologías, de las sectas, de
los fanatismos– y sus verdaderas conquistas. Su conclusión: la felicidad no es
un estado, sino unaaventura. Para alcanzarla hay que “desatar las velas y
navegar”.
Nouvel Observateur: Usted ha escrito mucho sobre la aptitud para
ser felices de aquellos que la vida parecía condenar a la desdicha, aquellos
que llamamos “resilientes”, rescatados de la desgracia.1 Igualmente usted
ha escrito mucho sobre la inaptitud para la felicidad de aquellos que,
como se dice, “tienen todo para ser felices”.En el fondo, ¿qué es este
estado que denominamos felicidad?
Boris Cyrulnik: Comenzaré con una anécdota. Un día un laboratorio
me solicitó dar unos cursos postuniversitarios a médicos generales. Yo
me propuse anotar durante dos meses las frases divertidas o penetrantes
*
1
Entrevista realizada por Claude Weill, Nouvel Observateur No. 1939, enero 3 del año
2002. Traducción de WilliamGonzález V.
Boris Cyrulnik es un neurólogo, psiquiatra y etólogo de origen francés. Autor de
muchos libros, entre otros, Sous le signe du lien, Hachette, 1989. Les nourritures
affectives, Odile Jacob, 1993. L’Ensorcellement du monde, Odile Jacob, 1997. Un
merveilleux malheur, Odile Jacob, 1999. Les vilains petits canards, Odile Jacob,
2000. Es conocido por sus innumerables trabajos sobre lasinteracciones afectivas, los
comportamientos humanos y animales (Etología) y la “resiliencia”: la “reparación” de
los grandes heridos de la existencia (huérfanos, niños maltratados, etc.). Él mismo es
un buen ejemplo: cuando tenía 5 años, sus padres fueron deportados a Auschwitz.
Más tarde fue arrestado y logró, sin embargo, evadirse. Fue acogido posteriormente
por el servicio de asistenciapública y llevado al campo en Francia, donde trabajó como
sirviente en una finca hasta los 11 años, fecha en la que encontró una verdadera familia
que lo acogiera. Es, tal vez, esta historia la que hace de Boris Cyrulnik el más humano
entre nuestros pensadores vivos: un antimandarín. Vive en La Seine sur Mer (Var), en
donde ha tomado parte en la movilización ciudadana contra el Frente Nacional,partido
de extrema derecha dirigido por Jean-Marie Le Pen y contra Jean-Marie Le Chevallier,
alcalde de Toulon, que pertenece al mismo movimiento.
CYRULNIK, Boris. Un merveilleux malheur. Odile Jacob, 1999. Y Les vilains petits
canards. Odile Jacob, 2000.
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de mis pacientes, para comentarlas con los médicos. Llené así varias
libretas. Entre las frases, había una que se repetíaregularmente y que
siempre anotaba con la misma extrañeza: “A menudo conocí la dicha,
pero nunca me hizo feliz”. ¿Cómo explicar esta frase?
“A menudo conocí la dicha”: dicho de otra manera, conocí situaciones
que correspondían a la idea, a la anticipación que yo tenía de lo que era
necesario para ser feliz. Siendo pobre, sueño que si fuera rico, sería feliz.
Siendo lisiado, sueño que si tuviera mis dospiernas sería feliz. O aún más
–pienso particularmente en un paciente: “Si apruebo el concurso (y lo
aprobó. Fue admitido en una Grande Ecole2 ), si soy nombrado en el
Midi3 (y fue nombrado en el Midi), si puedo trabajar en esta empresa
(fue nombrado en esa empresa) yo sería feliz”. Él realizó esas porciones
de sueño, por lo tanto “conoció” la dicha... y sin embargo no era feliz, ya
que enel curso de su historia personal, había aprendido a no ser feliz.
Cuando era niño, sus padres estaban ausentes muchas veces; así que
había vivido largos periodos de aislamiento, refugiándose en los libros
para escapar del sufrimiento. Lo que se impregnó en su memoria, era
una manera insegura de amar: “nadie puede amarme, no soy amable; la
prueba es que aquellos que amo me abandonan para...
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