LAS MACRORREGLAS DE COMPRENSIÓN




LAS MACRORREGLAS DE COMPRENSIÓN

OBRA: Las fuerzas morales
AUTOR: José Ingenieros
CAPÍTULO: Se transmutan sin cesar en la humanidad (Capítulo I)

I. FASE DE APLICACIÓN DE LA SELECCIÓN Y OMISIÓN
1En el perpetuo fluir del universo nada es y todo deviene, como anunció el oscuro Heráclito efesio. 2 Al par de lo cósmico, lo humano vive en eterno movimiento; la experiencia social es incesanterenovación de conceptos, normas y valores. 3 Las fuerzas morales son plásticas, proteiformes, como las costumbres y las instituciones. 4 No son tangibles ni mensurables, pero la humanidad siente su empuje.5 Imantan los corazones y fecundan los ingenios. 6 Dan elocuencia al apóstol cuando predica su credo, aunque pocos le escuchen y ninguno le siga; dan heroísmo al mártlr cuando afirma su fe,aunque le hostilicen escrIbas y farlseos. 7 Sostienen al fIlósofo que medita largas noches insomnes, al poeta que canta un dolor o alienta una esperanza, al sabio que enciende una chispa en su crisol, al utopista que persigue una perfección ilusoria. 8 Seducen al que logra escuchar su canto sirenio; confunden al que pretende en vano desoírlo. 9 Son tribunal supremo que transmite al porvenir lo mejordel presente, lo que embellece y dignifica la vida. 10 Todo rango es transitorio sin su sanción inapelable. 11 Su imperio es superior a la coacción y la violencia. 12 Las temen los poderosos y hacen temblar a los tiranos. 13 Su heraclia firmeza vence, pronto o tarde, a la Injusticia, hidra generadora de la inmoralidad social.
1 El hombre que atesora esas fuerzas adquiere valor moral, rectosentimiento del deber que condiciona su dignidad. 2 Piensa como debe, dice como siente, obra como quiere. 3 No persigue recompensas ni le arredran desventuras. 4 Recibe con serenidad el contraste y con prudencia la victoria. 5 Acepta las responsabilidades de sus propios yerros y rehusa su complicidad a los errores ajenos. 6 Sólo el valor moral puede sostener a los que impenden la vida por su arte o por sudoctrina, ascendiendo al heroísmo. 7 Nada se les parece menos que la temeridad ocasional del matamoros o del pretoriano, que afrontan riesgos estériles por vanidad o por mesada. 8 Una hora de bravura episódica no equivale al valor de Sócrates, de Cristo, de Spinoza, constante convergencia de pensamiento y de acción, pulcritud de condena frente a las insanas supersticiones del pasado.
1 Las fuerzasmorales no son virtudes de catálogo, sino moralidad viva. 2 El perfeccionamiento de la ética no consiste en reglosar categorías tradicionales. 3 Nacen, viven y mueren, en función de las sociedades; difieren en el Rig-Veda y en la lliada, en la Biblia y en el Corán, en el Romancero y en la Enciclopedia. 4 Las corrientes en los catecismos usuales poseen el encanto de una abstracta vaguedad, quepermite acomodarlas a los más opuestos intereses. 5 Son viejas, multiseculares; están ya apergaminadas. 6 Las cuatro virtudes cardinales: Prudencia, Templanza, Coraje y Justicia, eran ya para los socráticos formas diversas de una misma virtud: la Sabiduría. 7 Las conservó Platón, pero supo idealizar la virtud en un concepto de armonía universal. 8 Aristóteles, en cambio, las descendió a ras detierra, definiendo la virtud como el hábito de atenerse al justo medio y de evitar en todo los extremos. 9 De esta noción no se apartó Tomás de Aquino, que a las cardinales del estagirita agregó las teologales, sin evitar que sus continuadores las complicaran. 10 Estáticas, absolutas, invariables, son frías escorias dejadas por la fervorosa moralidad de culturas pretéritas, reglas anfibológicas que detiempo en tiempo resucitan nuevos retóricos de añejas teologías. 11 Poner la virtud en el justo medio fue negarle toda función en el desenvolvimiento moral de la humanidad; punto de equilibrio entre fuerzas contrarias que se anulan, la virtud resultó, apenas, una prudente transacción entre las perfecciones y los vicios.
1 La concepción dinámica del universo relega a las vitrinas de museo esas...