Las necesidades de ivan illich
La transformación ocurrió en un par decenturias. Durante este tiempo la certidumbre radical fue el cambio, a veces llamado progreso, otras veces desarrollo, otras crecimiento. En este proceso secular los hombres aducían haber descubierto "recursos" en la cultura y en la naturaleza —en lo que habían sido sus ámbitos de comunidad— y los convirtieron en valores económicos. El historiador de la escasez relata la historia. Como la crema batidaque se convierte bruscamente en mantequilla, el homo miserabilis aparece, casi de la noche a la mañana, como una mutación del homo oeconomicus, el protagonista de la escasez. La generación posterior a la Segunda Guerra Mundial presenció este cambio de estado en la naturaleza humana, del hombre común al hombre necesitado. La mitad de todos los individuos nacidos sobre la Tierra como homo son deesta nueva clase.
Las estimaciones arqueológicas colocan el número total de individuos adultos pertenecientes al homo sapiens que alguna vez vivieron en el planeta en no más de cinco mil millones. Vivieron entre los comienzos de la Edad de Piedra, en que fueron pintadas las escenas de caza de Lascaux, y el día en que Picasso estremeció al mundo con el horror de Guernica. Constituyeron diez milgeneraciones y vivieron en miles de estilos de vida diferentes, hablando innumerables lenguas distintas. Fueron esquimales y pastores, romanos y mongoles, marineros y nómades. Cada modo de vida encuadró la condición única de ser humano de modo distinto: en torno de la azada, del huso, de las herramientas de madera, bronce o hierro. Pero en cada caso, ser humano significó el sometimientocomunitario a la regla de la necesidad en este sitio particular, en este momento particular. Cada cultura tradujo esta regla de la necesidad a un estilo diferente. Y cada visión de la necesidad fue expresada de manera diferente —fuera esto para enterrar a los muertos o exorcizar los temores. Esta enorme variedad de culturas da fe de la plasticidad del deseo y el anhelo que es saboreado tan diferentemente encada individuo y cada sociedad. La fantasía llevó a los polinesios en sus botes a cruzar miles de kilómetros de océano. Llevó a los toltecas de México a construir templos en sus puestos de avanzada en Wisconsin, a los musulmanes de Mongolia Exterior a visitar la Caaba y a los escoceses la Tierra Santa. Pero a pesar de todas las formas de angustia y espanto, terror y éxtasis, lo desconocido...
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