Las palabras y las Cosas - Michel Foucault
EL TRIEDRO DE LOS SABERES
El campo epistemológico que recorren las ciencias humanas no ha sido prescrito de antemano: aparecieron el día en que el hombre se constituyo en la cultura occidental a la vez como aquello que hay que pensar y aquello que hay que saber. Esto es un acontecimiento en el orden del saber.
Este acontecimiento se produjo en unaredistribución general de la episteme: al mismo tiempo que la teoría general de la representación desapareció y se impuso la necesidad, en cambio de interrogar al ser del hombre como fundamento de todas las positividades, el hombre se convirtió en aquello a partir de lo cual todo conocimiento podía constituirse en su evidencia inmediata, se convirtió en aquello que autoriza a poner en duda elconocimiento del hombre. El perpetuo debate entre las ciencias del hombre y las ciencias sin más, y aquella que forma el perpetuo debate entre la filosofía que objeta a las ciencias humanas la ingenuidad con la que intentan fundamentarse a sí mismas.
Esto remite a una disposición epistemológica precisa y muy bien determinada en la historia. En la época clásica, el campo del saber era perfectamentehomogéneo: todo conocimiento, fuera el que fuera, procedía al ordenamiento por el establecimiento de las diferencias y definía las diferencias por la instauración de un orden.
A partir del siglo XIX, el campo epistemológico se fracciona, el campo de la episteme moderna no se ordena según el ideal de una matematización perfecta y no desarrolla a partir de la pureza formal una larga serie deconocimientos descendientes más y más cargados de empiricidad. Un espacio voluminoso y abierto de acuerdo con tres dimensiones: Las ciencias matemáticas y físicas, ciencias (como las del lenguaje, de la vida, de la producción y la distribución de las riquezas); y la tercera, la reflexión filosófica que se desarrolla como pensamiento.
Las ciencias humanas están excluidas de éste triedro epistemológico,es en intersticio de éstos saberes, más exactamente en el volumen definido por sus tres dimensiones donde encuentran lugar. Las pone en relación con todas las otras formas de saber: tienen el proyecto, mas o menos diferido pero constante, de darse en todo caso de utilizar, en uno u otro nivel, una formalización matemática; proceden según los modelos o los conceptos tomados de la biología, de laeconomía y de las ciencias del lenguaje; se dirigen en última instancia a ese modo de ser del hombre que la filosofía trata de pensar en el nivel de la finitud radical, en tanto que ellas mismas quieren recorrer sus manifestaciones empíricas.
La dificultad de las “ciencias humanas”, su precariedad, su incertidumbre como ciencias, su peligrosa familiaridad con la filosofía, su mal definido apoyo enotros dominios del saber, su carácter siempre secundario y derivado, pero también su pretensión a lo universal, no es, como se dice con frecuencia la extrema densidad de su objeto; no es el estatuto metafísico o bien la complejidad de la configuración epistemológica en la que se encuentran colocadas, su relación constante a las tres dimensiones que les da su espacio.
LA FORMA DE LAS CIENCIASHUMANAS
Se trata de definirlas en función de las matemáticas: sea que se trate de acercarla lo más posible a ellas haciendo el inventario de todo lo matematizable de las ciencias del hombre y suponiendo que todo lo que no es susceptible de semejante formalización no ha recibido aún su positividad científica; sea que, por el contrario se intente distinguir con cuidado el dominio de lo matematizabley aquello que le sería irreductible, porque sería el lugar de la interpretación, porque allí se aplicarían sobre todo los métodos de la comprensión, porque se encontraría reducido en torno al polo clínico del saber. Semejantes análisis les falta pertinencia, aunque como a cualquier otro dominio del saber, las ciencias humanas pueden servirse en ciertas condiciones, del instrumento matemático....
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