Las penas de amor de nuestros hijos
El amor es una fuente inagotable de reflexiones: profundas como la eternidad, altas como el cielo y grandiosas como el universo.
Alfred Victor De Vigny
Lamayoría de los padres tenemos la tendencia a olvidar cuando fuimos jóvenes, quizás por los problemas que debemos afrontar a diario vemos las dificultades afectivas de nuestros hijos como nimiedades,cosas que ya pasarán y pensamos que si nosotros pudimos superar las decepciones y las rupturas, ellos también lo harán. De cualquier modo, no podemos dejar de admitir que nada nos arruga más el almaque ver a un hijo o a una hija sufriendo por una ruptura amorosa, precisamente porque ya hicimos nuestro paso por ahí o en el peor de los casos, algunos padres pueden estar viviendo el abandono justocuando sus hijos sufren el suyo propio. Sin lugar a dudas es una experiencia que no debemos menospreciar ni subestimar, pues de la manera como los hijos aprendan a resolver y a superar sus pérdidasafectivas serán personas con un alto grado de seguridad, no lastimarán erróneamente su autoestima y estarán preparados para seguir creyendo en el amor sin olvidar las lecciones del pasado.
Cuando comomadre reviso mi vida afectiva y emocional descubro con desencanto que me hizo falta que mis seres queridos indagaran por mis afectos, crecí en una cultura donde lo importante era comer las tres vecesal día y no enfermarse, no recuerdo conversaciones sobre el amor, la felicidad, lo que anhelaba o en qué creía… No quiero decir que fueran malos padres, hoy entiendo que a ellos les correspondió unacrianza similar, de los sentimientos no se hablaba, es más, se creía que “conseguir” a alguien que se hiciera cargo de ti y se “quedara contigo” era cosa del destino o de la suerte o de la herenciafamiliar en estas lides… así se aceptaba que unas mujeres nacieron para casarse, otras para ser “mozas o amantes” y otras para solteronas. En cuanto a los hombres, se conocía de solterones, con la...
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