Las Profecias Del Hombre Polilla John A
Copyright 1975
Traducción: Guillermo A. Mazzucchelli
1- Belcebú visita Virginia Oeste
I.
Dedos de relámpagos agujereaban los cielos negros mientras un chaparrón furioso empapaba el
paisaje surrealista. Eran las tres de la mañana de una madrugada fría y húmeda a fines de
noviembre de 1967. Las casitas desparramadas a lo largo del camino sucio queatraviesa las
colinas de Virginia occidental estaban a oscuras. Algunas parecían abandonadas y a punto de
derrumbarse. Otras estaban sin pintar, destartaladas, tristes. El panorama completo era como la
escena de apertura de una película de terror clase B de los años ‘30s.
Desde la ruta llegó un forastero, a un lugar adonde los forasteros eran raros y sospechosos.
Caminó hasta la puerta de una casa degranja deteriorada y golpeó. Luego de unos instantes, una
luz se encendió en algún lugar de la vivienda y apareció una mujer joven apretando fuertemente
la bata que la cubría. Ella apenas entreabrió la puerta, pero su cara soñolienta fue
transformándose en una mueca de pánico mientras observaba la aparición frente a su entrada. El
extraño medía más de un metro ochenta de alto y estaba completamentevestido de negro.
Llevaba traje negro, corbata negra, sombrero negro y sobretodo negro, con zapatos negros de
vestir, imprácticos y cubiertos de barro. Su rostro, apenas visible en la oscuridad, mostraba una
barba recortada y bien cuidada. Los relámpagos a su espalda agregaban un efecto escalofriante.
“¿Podría usar su teléfono?”- preguntó con una voz profunda de barítono y sin el acento familiar
deVirginia Oeste. La muchacha tragó saliva lentamente y retrocedió.
“Mi marido…”- murmuró -“…hable con mi marido”
Cerró la puerta rápidamente y volvió a la oscuridad de su hogar. Pasaron minutos. Entonces
retornó acompañada por un hombre joven de rasgos duros que venía abrochándose
precipitadamente los pantalones. Él también palideció al ver al forastero.
“¡No tenemos teléfono aquí!” - gruñó através de la hendija, justo antes de cerrar dando un
portazo. La pareja se retiró murmurando y el extraño se fundió con la noche.
Era raro ver barbas en Virginia Oeste en 1967. Los hombres de traje y corbata eran aún más
raros en aquellas colinas del valle del Ohio. Y forasteros barbados, vestidos de negro y parados
en medio de la lluvia era algo nunca visto antes por esos pagos. Durante los díassiguientes, la
joven pareja contó a sus amigos sobre la aparición. Obviamente, les respondieron, se trataba de
algún tipo de señal ominosa. ¡Tal vez era el Diablo en persona!
Tres semanas después ambos estaban muertos entre las víctimas de la peor tragedia que golpeó
esa región de Virginia. Iban transitando por el puente Silver - que cruza el Río Ohio - cuando
colapsó y cayó al agua.
Sus amigosrecuerdan. Recuerdan la historia del barbado forastero en medio de la noche. Había
sido, de hecho, una profecía siniestra. Una que confirmaba sus creencias religiosas y sus
supersticiones. De esta manera nació una nueva leyenda. Belcebú visitó Virginia Oeste en
vísperas de una tragedia terrible.
II.
Ser un inconformista dedicado no era fácil en aquellos días. Dejé crecer mi barba en 1966,
mientrastrabajaba temporalmente en la granja de un amigo, el zoólogo Ivan T. Sanderson. La
tuve hasta 1968, cuando el cabello se volvió popular y la mitad de los jóvenes americanos
repentinamente comenzaron a sepultar sus identidades bajo un gran mar de vello facial. En otras
épocas sólo los artistas, los escritores y los profesores universitarios usábamos barba. Incluso
eso era lo que la gente esperaba deuno. Tal vez si las multitudes se afeitaran, yo dejaría crecer
nuevamente mi barba. Pero hoy estaría salpicada de gris. Mucho gris, probablemente. De la
misma forma, el pelo largo fue una vez símbolo del súper-intelectual, propiedad de concertistas
de violín y de matemáticos del tipo de Einstein - gente que no estaba en la onda, realmente.
Prefiero creer que yo no lucía como el Diablo con mi...
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