Las promesas

¿Qué promesas debemos hacernos y tener en cuenta?

¿Cómo pedirles adaptarse a un modelo de evaluación “industrial”, “estandarizado”? La educación del siglo XXI que está comenzando a nacer.
La noción de que todo lo que hacíamos era sólo un instrumento utilitario para mejorar económicamente nuestras vidas parece que comienza a perder fuerza. Era tal la convicción por ese modelo que nosfascinamos que trabajar 12, 14 y 16 horas diarias, ayudaría a contener “nuestras necesidades” cada vez más crecientes. Con esa mirada hicimos participar a más personas de la familia para aportar a ese proyecto, no importando que mientras el uno iba llegando, el otro iba saliendo.
Nos endeudamos con el sistema financiero y su multitud de tarjetas de créditos y el ejercicio más frecuente de los últimostreinta años fue la bicicleta financiera. Nos obsesionaba creer que si alcanzábamos indicadores económicos positivos podríamos mejorar nuestras vidas y la de nuestras familias y ser, y hacerlas más felices.
Adicionamos a nuestro carro de supermercado, educación comprarla por kilos de servicios, pues nos explicaron que si observábamos sus indicadores de rendimiento podríamos garantizarles unabuena educación a nuestros niños. Agregamos, -como alguien dijo, que la suya será la primera generación de su familia que accede a la universidad- y eso nos contentaba de manera superior.
El paso de subordinar nuestra memoria y conciencia por una mirada pragmática que superará la poesía fue corto, preciso y legítimo para esa aspiración. No obstante, después de advertir que pague 20,50 o 100 milpesos por esa educación ella contiene los mismos males de la educación chilena; decepción que alcanzó a las universidades de papel, a la disgregación de las familias, a los embargos imposibles de cancelar, en fin, fuimos despertados del aturdimiento por nuestros estudiantes que nos enrostraron la tragedia del sin sentido en que estamos inmersos y para el cual fuimos cooptados.

En todas nuestrasacciones; sindicales, culturales, sociales y políticas, primaron los intereses individuales sobre los colectivos, teñidos transversalmente por la preocupación egoísta del proyecto personal, antepusimos el “hay que salvarse”, al proyecto social de “construir una sociedad mejor” que llamamos lírico y lo deslegitimamos.

Hoy pareciera que comienza a vivirse un giro cultural revelador del quedebemos darnos cuenta y dar cuenta. En nuestro ámbito, a esa cultura política educacional dominante y hegemónica, en que todo está centrado en indicadores cuantitativos, a la par del concepto de la subsidiaridad, cuya última versión es la autonomía y focalización de las escuela y liceos y que paradójicamente los coloca sobre su “sostenedor municipal”, y que paralelamente a éstos les impulsa adeshacerse de sus establecimientos educacionales, si como consecuencia de su matrícula y resultados SIMCE les declara “inviables”, es decir sin proyección de vida, no les invita a cambiar el proyecto educativo, les indica que deben cerrarse, sólo les exige una formalidad, tenerlo contemplado en el PADEM para salvar su responsabilidad como estado.

Probablemente, las políticas educacionales con la quedebamos comprometernos en los próximos años, nos obligará a mirarla como el motivo de vida y de anhelos de las grandes mayorías como la que tuvieron como nuestros padres y abuelos, que al lugar que llegaban, campo, desierto, cordillera, lo primero que emprendían era el levantamiento de una escuela, incluso antes de resolver situaciones básicas de habitamiento como agua, luz o alcantarillado, y nocon la visión que impulsan las actuales de hacer una gran cantidad de supermercados de la educación, que ofrecen variados proyectos según la demanda del consumidor. Pareciera que nuestra educación tomó un desvío en otra dirección.

Eso hay que comprenderlo, quién no lo haga y no vislumbre el cambio cultural que se avecina y que tuvo su amanecer en la lucha por una educación pública, gratuita y...