Las redes sociales como vehículos para la ayuda humanitaria

Las redes sociales como vehículos para la ayuda humanitaria

La aparición de Internet y su rápida masificación a lo largo y ancho del planeta cambiaron en poco tiempo la manera de comunicarnos. Lo que antes nos era imposible o muy costoso, se volvió simple y gratuito. Pero apenas nos habíamos acostumbrado a la web 1.0, en la que nos parecía fabuloso poder acceder a páginas de cualquier partedel mundo, aparecieron las redes sociales y la Internet 2.0, y pocos supieron adaptarse a semejante cambio.
Se nos abrió la posibilidad no sólo de navegar por páginas extrañas, sino también de participar, de generar contenido, de comentar, de tener amigos, de formar parte, de producir, de ser, de estar. Definitivamente, el mundo se unió bajo el haz de las redes sociales, a pesar de que el hombreaún no llegaba a comprender la inmensidad de su propia creación.
Las redes sociales se convirtieron en el medio de comunicación por excelencia. En el mundo occidental, se duplican año a año los usuarios de las distintas comunidades que fueron naciendo en la última década y aún no han alcanzado a desarrollar todo su potencial. La humanidad está por fin vinculada prácticamente en su totalidad, no yapor perversos sistemas de globalización pura y exclusivamente comerciales, sino por espacios de participación, de comunicación, de cooperación.
En este sentido, las redes sociales han abierto un horizonte infinito para la ayuda humanitaria, construyendo puentes sólidos capaces de unir dos puntos cualesquiera del globo, superando todo tipo de barreras ideológicas y culturales. Las nuevastecnologías acortaron las distancias, haciendo desaparecer las variables de espacio y tiempo, y eso debe ser aprovechado por quienes buscan impulsar la ayuda social a nivel global.
Hoy, quien necesita asistencia humanitaria, tiene la misma cercanía con su vecino que con cualquiera que esté del otro lado del mundo, a través de una computadora. Esta posibilidad de ayudarnos entre todos no debe resultarnosajena. La adaptación a las nuevas tecnologías puede resultarnos un camino lento y sinuoso, pero necesario de transitar, si queremos impulsar la ayuda humanitaria más allá de nuestro propio horizonte.
Pablo Mancini es actualmente Gerente de Contenidos Web del Grupo Clarín y acaba de publicar su libro ‘Hackear al Periodismo’, en el que se resalta la importancia de adaptar la práctica profesional alas nuevas tecnologías. Desde su punto de vista, “las redes sociales online son un capital novedoso para el desarrollo de las causas humanitarias. La colaboración a escala que, bien gestionadas, pueden construir, se ha vuelto en reiteradas oportunidades clave para ayudar unos a otros. Del mismo modo que miles y miles de personas se organizan todos los días para hablar de toda clase de temas enTwitter, tanto frívolos como relevantes, o como en la Wikipedia se ejerce una colaboración activa en la construcción de conocimiento, cuando la ayuda humanitaria necesitan de miles, ahí están las redes. Altruismo espontáneo, conexiones veloces, gestión colaborativa, deseos comunes, confluyen en las redes cuando la realidad de lo impostergable lo demanda. Entender y diseñar estrategias en esadirección, para nutrirse de millones de ciudadanos dispuestos a ayudar, es clave”.

- Inicio y expansión
El rápido desarrollo que afrontaron las nuevas tecnologías vuelve casi un imposible la descripción exacta del momento que nacieron las redes sociales. La mayoría de los investigadores consideran que el primer intento de este sistema lo ofreció, en 1995, Randy Conrads, al crear el sitio webclassmates.com, que tenía como finalidad que las personas puedan recuperar el contacto con sus antiguos compañeros de escuela o universidad.
Sin embargo, un año antes de la aparición de classmates.com, el sitio Geocities (quizás el más popular en los finales de los años 90) daba la posibilidad a los usuarios de comentar sus publicaciones, intercambiar contenido y armar grupos o foros de debate sobre...