Las reverencias

Páginas: 8 (1792 palabras) Publicado: 29 de septiembre de 2014
http://bibliotecabop40misiones.files.wordpress.com/2013/04/misteriosa-buenos-aires-manuel-mujica-lainez.pdf

XIIII.. LLASS REEVEEREENCIIASS
11664488
Margarita cruza la Plaza Mayor en la silla de manos del gobernador del Río de la Plata. Va al
Fuerte, a hacer su reverencia ante la señora Francisca Navarrete, la gobernadora. Su falda de raso
amarilla es tan enorme que hubo que abrir lasdos portezuelas, para albergar en el vehículo su rígida
armazón. Los negros que transportaban la caja, entre las varas esculpidas, caminan muy despacio,
como si llevaran en andas una imagen religiosa, no sea que el lodo salpique el atavío de la niña.
Ayer llovió y como siempre la Plaza se ha transformado en un pantano en el que las carretas
emergen como islotes. Margarita se asoma y lograver, detrás, la silla de su tía doña Inés Romero de
Santa Cruz. Se balancea peligrosamente sobre los charcos.
Quisiera que llegaran de una vez; quisiera que la ceremonia hubiera terminado ya. Doña Inés, tan
minuciosa en lo que atañe a la cortesana liturgia, la obsesiona hace diez días con su presentación en
el Fuerte. Han sido días de intenso trabajo, desde que desembarcó en el puerto elmaravilloso
vestido enviado de España. Hubo que adaptarlo al cuerpo de la niña de trece años, y a Margarita la
sofoca. ¡Pero qué hermoso es; qué hermoso el guardainfante hinchado, qué bella la pollera amarilla
que lo cubre! Doña Inés parpadeó un minuto frente a la audacia del escote. La moda cambia en
Madrid y ahora se muestra lo que antes se ocultaba; pero si la moda lo exige, así vestiráMargarita.
¡Y la reverencia, la complicación de la reverencia que no debe ser ni muy profunda ni muy leve;
ni muy lenta ni muy rápida; ni muy sobria ni muy florida! Los ensayos nunca acababan. Las
primeras veces, cayó sentada sobre el almohadón oportuno, llorando. Le resultaba imposible
doblarse, quebrarse, bajo la armadura que la oprime.
Ya marchan cerca de las tapias del convento de laCompañía de Jesús. Flota en el aire un
perfume de naranjas y de limas; un alivio después del hedor de carroñas que llena los huecos de la
Plaza. Sobre el muro asoman, flexibles, las palmeras de dátiles y el pino de Castilla.
Aquí está la entrada del Fuerte; aquí los bancos de piedra, donde el gobernador don Jacinto de
Lariz duerme la siesta medio desnudo, las tardes calurosas, paraescándalo de la población.
El corazón de Margarita acelera su latir asustado. La niña se lleva las manos a él y palpa sin
querer, bajo el encaje, los pechos casi descubiertos, tímidos.
Tendrá que saludar a don Jacinto y eso será lo peor. Lariz goza de una fama terrible. Sus
querellas con el obispo y sus constantes vejaciones al vecindario han tejido en su torno la leyenda
de la locura. Es el ogroque vive en el Fuerte, que azota a los capellanes y que se acuesta
semidesnudo, mitológico, en el ancho portal. A esta hora estará jugando a los naipes con los otros
blasfemos. Ojalá consiguiera esquivarle, porque a doña Francisca Navarrete, su esposa, no la teme.
Al contrario. La señora no habla más que de los dulces que prepara en unos tarros de porcelana
suave, y del calor de laciudad, y de su nostalgia de las diversiones de la Corte. Esas charlas
iluminan la mirada de la tía Inés Romero. Ella también ambiciona ir a España, pues aunque criolla
la tienta su lejano brillo. Es viuda de un gran caballero, el maestre de campo don Enrique Enríquez
de Guzmán, y cuenta en la metrópoli con parientes de pro.
Ahora descienden en el patio de armas. Doña Inés alza el pañolitoperfumado porque la marea la
catinga de los negros de Angola. Con las puntas de los dedos endereza los moños color de fuego
sobre los bucles dorados de la niña. Van por los corredores, nerviosas, crujiendo los almidones. La
señora se refresca con el abanico, el ventalle, orgulloso como un guión de cofradía. Murmura:
–No olvides: un paso atrás y entonces, sin esfuerzo, con naturalidad...
En...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • Reverencia Mbronce
  • la reverencia
  • reverencia
  • Reverencia y Santidad en el Santuario
  • Reverencia infantil en la iglesia
  • Debo ser reverente
  • La Reverencia
  • Reverencia

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS