las ventajas de ballottage
Por Daniel Della Costa | LA NACION
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Hasta el candidato con menos chances este sábado se irá a dormir con una ilusión: que por unmilagroso efecto de su mensaje sobre el alma criolla, en el instante mismo de elegir boleta, la gente deseche todas las demás y elija la suya, consagrándolo presidente, senador, diputado, concejal o lo quesea para lo que se haya presentado. Y también, pero al revés, será el caso de los que aparecen como número puesto, pero que al meterse en el lecho, a solas con ellos mismos, no podrán evitar un ligerotemblor que los tendrá despiertos tal vez hasta la madrugada, pensando que así como la donna è mobile, qual piuma al vento, así también de impredecible es el alma humana. Y que bien puede ocurrir que,a pesar de lo que dicen las encuestas, el electorado se decida por un opositor y ellos tengan que salir a trabajar. Una inquietud que acaso también tenga con el Jesús en la boca a muchosfuncionarios, a los que un revés no sólo dejaría en la calle, sino frente a una serie de inevitables exigencias. Como quemar papeles, destruir los discos rígidos de sus PC y hallar nuevas excusas, distintas delas que les proporcionaban sus cargos, para darle el esquinazo a la patrona cuando se les presente la ocasión de salir con una señorita.
Pero sin ir a los casos particulares, y a poco que se pienseseriamente en el tema, la madrugada del próximo domingo debería ser de profunda inquietud y meditación para todo el electorado y no sólo para candidatos y funcionarios. Porque, yendo al grano: ¿qué lesconviene más a los argentinos? ¿Que la señora gane en la primera vuelta o que haya ballottage? Y aquí la respuesta es una sola. Con independencia de lo que ocurra después y poniendo aparte ideologías,si es que todavía las hay, convicciones y simpatías, la segunda vuelta es, por lejos, lo que más conviene. Y eso por una sencilla razón: porque eligiendo en primera vuelta no sólo se apresuraría el...
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