Las voces apagadas y las armas agarradas

Las voces apagadas y las armas agarradas
El descontento humano sólo cesa cuando ese hombre es capaz de atreverse a luchar de forma coherente con su fin protestante. No es fácil aceptar una realidada la cual no queremos pertenecer o simplemente no estamos de acuerdo con los estatutos y normas que rigen a nuestra sociedad. Una protesta significa aquella contraposición ideológica o de accionarexistente entre dos partes conflictivas, no obstante dicha revuelta puede llegar a convertirse en problemas de alta gravedad, que tienen como fin irrumpir de forma deplorable en el contexto de lamanifestación, tal es el caso del vandalismo.
Las revueltas durante la colonia y la conquista americana son un claro ejemplo de lo anterior, donde la riqueza y el poderío español imperaban sobre cadaasentamiento latinoamericano, no obstante supimos como sobrellevar dicha condición y logramos la independencia (“aunque no del todo”).
Sin embargo, aquel ambiguo concepto de protesta queda tirado por elsuelo cuando observamos la realidad actual de nuestra nación; sectores agrícolas, productivos, gremios de transporte y hasta docentes, se abalanzaban sobre el estado como una camisa de fuerza,privándolo de la realización y toma de decisiones sobre dichas calamidades, creo que el ciudadano colombiano ya se le olvidó aquel periodo crítico y violento que vivió el país hace quince años paranuevamente guiarlo hacia un callejón sin salida, es en este punto donde vale la pena preguntarse ¿Es el estado el causante de lo que hoy por hoy acontece?, temo decir que si, la política de seguridad yprosperidad social no está floreciendo en nuestro país, atrás quedan los cuentos de hadas inventados por el gobierno uribista, el cual tenía como fin, el beneficio del campesinado colombiano, lo raro es queeste sector productivo lleva tres décadas esperando una solución que al parecer es intangible e irrealizable y lo menos que se podía esperar era una revuelta en pro de dichos compromisos,...