Las Zorras En Los Zorros De Argueda

Por: Angel Manuel Torres Soto
Las zorras en los zorros de Arguedas
“Un pie sobre mi pueblo y otro sobre una la imagen femenina abstracta”
(José María Arguedas)
En el presente artículo vamos a analizar las connotaciones sexuales de la última novela de José María Arguedas El zorro de arriba y el zorro de abajo[1] a través de las voces de los personajes que se encuentran en los dos tiposde enunciados de la obra: los capítulos narrativos al mundo bullicioso y degradado de Chimbote y los textos testimoniales que distan bastante de las circunstancias de la vida del autor entre el 10 de mayo de 1968 y el 5 de noviembre de 1969.
Los psicoanalistas, que son los que mejor han estudiado la sexualidad y el deseo, aseguran, basándose en Sigmund Freud, que la sexualidad es parasiempre, para toda la vida, en todo instante. Es un centro que recrea fobias, miedos, represiones, deseos.

El deseo en los diarios.
Este conjunto de textos testimoniales que se titulan diarios, cuenta con cuatro partes, donde el personaje, José María Arguedas, va a contar su vida camino a su muerte (suicidio) narrando la construcción de la novela sobre el puerto degradante de Chimbote. Elpersonaje Arguedas comenta que no puede escribir, que está como paralizada su creación, entonces necesita una renovación, un volver a renacer y ese elixir se lo van a dar las mujeres, dos prostitutas y su mujer.
Mostrando su desparpajo para tocar el tema de la infidelidad, el personaje comenta, a inicios del libro, como vuelve a tener la fuerza para escribir debido a un encuentro sexual con unaprostituta: “El encuentro con una zamba gorda, joven, prostituta, me devolvió eso que los médicos llaman “tono de vida”. El encuentro con aquella alegre mujer debió de ser el toque sutil, complejísimo que mi cuerpo y alma necesitaban, para recuperar el roto vínculo con todas las cosas. Cuando ese vínculo se hacía intenso podía transmitir a la palabra la materia de las cosas” (Arguedas, 1971:11).Acá se observa la necesidad de ese acto sexual, la necesidad de una puta, del sexo salvaje, del burdel o prostitución callejera, ese acto marginal es lo más cercano a lo real[2]. Es repetido este acto prostibulario en su segundo diario cuando el personaje tiene contacto con otra prostituta, otra vez una negrita, linda, en su viaje a Nueva York, lo que nuevamente le da fuerza para seguir laaventura de la escritura (Arguedas, 1971:91). Un tercer acto sexual redentor para el personaje de Arguedas, que le permite escribir quince páginas seguidas, es el encuentro con su mujer en el tercer diario, donde recuerda su estancia en Arequipa: “Por primera vez viví en un estado de integración feliz con mi mujer. Por primera vez no sentí temor a la mujer amada, sino, por el contrario felicidad sólo ainstantes espantada” (Arguedas, 1971:193). Esta necesidad de compartir coito con las mujeres es vital para Arguedas, estas relaciones tormentosas que nunca lo llevaron a buen cauce las podemos encontrar en las cartas del escritor[3], como la que le manda a su hermano desde Valparaíso, 18 de agosto de 1969 que termina: “…un abrazo, como el que nuestro padre solía darnos, un abrazo con toda la vidade tu sonso que jamás desmayó en la lucha, pero a quién sólo las desventuras con las mujeres lo quebrantaron. Así es” (Fell, 1990:418-419). Acá reflexiona el escritor sobre su único mal que lo reducía por completo, las desventuras con las mujeres, por eso el personaje busca una y otra vez tener relaciones placenteras que signifiquen el empuje necesario para vivir y por ende escribir, “si yo noescribo y publico me pego un tiro” (Arguedas, 1971:19). Los psicoanalistas utilizan la palabra “Pacto faústico”, para referirse al intercambio de la vida toda contra el sexo mismo. El sexo bien vale la muerte. Para Arguedas liberarse lo que hace es hablar sobre sexo abiertamente, así intenta curar la enfermedad.
En un cuestionario escrito que Arguedas contestó a Alfonso Calderón (Fell, 1990:...