Laultimaniebla
Páginas: 108 (26981 palabras)
Publicado: 14 de marzo de 2015
LA ULTIMA
NIEBLA
SEGUNDA EDICIQN
E d i t o r i a l
N a s c i m e n t o
SANTIAGO,
C H I L E
1941
imprem cn lop talleres dc
la Ertituriol i4ssuii:tnto
A h u m a d a
1 2 1
Santiago de Ct;il$ 1931
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A OEicexio Girondo
y a N o r a h Lunge.
cm1 adintracijri y
grcitifvd.
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APARICIT DE U N A NQVELISTA
$or qui la c r i t h I Q C no
~ habd anunciado & Uhkd
Ni&, C Q ~ Ounlibro importante? Pues, sin duda, Io t
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por donde quiera que se le: mire; tanto par Jo que da como
por Io que promete; y es justo y convetkate dedicar des& el principio especial atemi&, para dentarla y exigirle
a una escritora de tan singular temperamento y de tan poco común don artistic0 como se manifiestan en Ld UZtirna
Niebla.
LANOVELA
EN
CHILE
TI
La autora de La U&a Nitúid, María LuisaBombal,
chilena argenchizada, procede de un pais donde el arte de
narrar ha sido predilección a pesar del universal Becairniento de la noveia.rCierto que Chile no cuema, hasta hoy, con
ninguna de esas cuatro o cinco novelas americanas de circulación internacion
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calidad literaria y en el foiklorisnio arcisticamentc precentado,lcomo “LOS de abajo”, del mejicano, Mariano Azuela,
“DoñaBárbara”, del venezolano, Rómulo Gallega, “La
Vorágiid’, del cohmbianq Eustasiu Rivera, “Don &gundo Sombra”, de nu-stro Ricardo Güiraldes; p : su
~ producción novelesca es ¿e merecida consideraciiin. Sin contar ya
con Blest Gana, que pasa por haber creado la novela chilena desde su retiro de París, ya jubilado d: la diplomacia, ni
con Fcderico Gana y Baldomero LdIo, también desaparecidos? salgan aquiIQS nombres de Joaquín Edwards
Bello, Mariano Latorrc, Pedro Prado, Mirta Brunet, Garrido Merino, Goiizálet Vera, Jmaro Prieto, Guillermo
Labarca, Salvador Reyes, Augusto d”aimas, Eduardo
Barrios. Y,sin embarga, el influjo de ese ambicnte literario sobre María Luisa Bomba1 appnas ha podido alcanzar
a más quc a avisarla-quizi-sobre
la vigencia todavía
actuaI dcl relato como procedimicnto circulantede cxpresión y de creación. Pues, fuera de haber elegido la narración de una historia imaginada como medio de expresarSP, EI arte de la Bomba1 queda extraño al de sus cornpa.
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íriotais. Los novelistas y cumtistas chilenos, con s n r p n -
dente disciplina, se han aplicado y SE siguen aplicando a
cumplir una concepción naturaiista del arte de narrar, Y
cuanto más denodadamente han rratadoestos escritores, de
‘hdependizard’, romando sus teemas del c m p o y de las
ciudades de su país, de sus minas ¿e carbón, de sus pescadores, agxiculmres y ganaderos, de sus viajeros ricos, de
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Lc.nil-
de sus POtQS y huasos, cuanto in&
nacionalistas se muestran en la elección de los materiales,
más sometidos siguen a la fórmula naturalista de la nowla, no la de 10s sensitivos y atormentadoshermanos Goncourt sino tal como la hizo triunfar por unos Iustros eel
sus niiias de dancing,
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poderoso %la. Declarrmos c m gusto que en este terreno
los escritormeshan dado a su patria un bbque dc literatura
de indudable valor, como quizá nu rcnga equiparable ningin otro pais sudamericano; p r o esto misino, revdadoor
de encomiabks talentos, hace más de lamentar la uniforme posturanaturalista: sobre tan diversos temperamentos,
el naturalism0 actúa coino una ortopedia igualadora. u n o
ve con simpatía, y COMO ley de la inisma libre creación 1imaria, el que toda una generación, y aún varias, de escritora se pongan unániines a cumplir una concepción
concorde del arte; p r o es cuando Cada uno la ve todavía
naciente, replcta de posibilidadcs, y por 10 tanto, cuando
cada uno puede todaviacoopcrar en la conformación dcl
movimiento literario iirrroduciendo s u propia originalidad
como una de las caracteristicas de la escuela.
Otra cosa es el que generaciones enteras de narradores
adopten dcsdc lejcs-tiempo y cspacio-un credo artlstico que la misma Francia, su inventora, se apresuró en sc
guida a abandonar por agotado a los suburbios de ia literatura. Entonces ya no enriquecen y...
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