Laura restrepo dulce compañia
Laura Restrepo
Dulce Compañía
A las nenas:
Carmen, Villa, Titi,
Cristina, Clara, Gloria Ceci,
Diana y Helena.
Contenido
I Orifiel, ángel de luz
II El ángel sin nombre
III Elohim, ángel caído
IV Mermeoth, o la furia del Ángel
V La venganza de Izrafel
VI El gran Uriel, ángel proscrito
VII Manuel, hijo de mujer
...quedademostrada de nuevo la flaqueza
natural de las mujeres y sus viciosas y
adquiridas facilidades para caer bajo el
asalto de cualquier ángel caído.
JOSÉ SARAMAGO
I
________________
Orifiel, ángel de luz
No hubo presagios que anunciaran los hechos. O tal vez los hubo, pero no supe interpretarlos. Reconstruyendo la secuencia recuerdo ahora que días antes de que todo empezara, treshombres violaron a una loca en la zona verde enfrente a mi edificio. También fue por ese tiempo que el perro de mi vecina se lanzó por una ventana del tercer piso, cayó a la calle y salió ileso, y que la lotera leprosa de la esquina de la 92 con 15 parió un hijo sano y bonito. Seguramente ésas fueron señales, ésas y tantas otras, pero sucede que esta ciudad desquiciada manda tantos preavisos de findel mundo que uno ya no les presta atención. Y eso que aquí, donde vivo, viene siendo barrio clase media: nadie se imagina la de presagios que se dejan ver a diario por los tugurios.
La verdad escueta es que esta historia de ecos sobrenaturales, que de tan curiosa manera habría de trastornar mi vida, empezó a desenvolverse a las ocho de la mañana de un lunes muy terrenal y corriente, cuando entréde pésimo humor a la sala de redacción de la revista Somos, donde trabajaba como reportera. Tenía la certeza de que mi jefe me daría una orden que no quería oír, contra la cual me había indispuesto durante todo el fin de semana. Sabía que me mandarían a cubrir el reinado nacional de belleza, que estaba por empezar en la ciudad de Cartagena. Yo era más joven que ahora, me sobraban bríos y meempeñaba en escribir cosas que valieran la pena, pero el destino, que me daba por la cabeza, me obligaba a ganarme la vida en uno de tantos semanarios de frivolidades.
De todas mis obligaciones en Somos, el reinado era por mucho la peor. Era una tarea desapacible entrevistar treinta muchachas con talles de avispa y cerebros del mismo animal. Reconozco que también me lastimaban el orgullo sumucha juventud y sus pocos kilos, pero lo más doloroso era tener que concederle importancia a la sonrisa Pepsodent de miss Boyacá, a la soltería cuestionada de miss Tolima, a la preocupación por los niños pobres de miss Arauca. Para colmo las reinas se esforzaban por fomentar una imagen simpática y descomplicada, a todo el mundo trataban de tú, repartían besos, derrochaban contoneos y jovialidad. Sefamiliarizaban con los reporteros y a los que veníamos de Somos nos decían "Somitos": Somitos, mientras me entrevistas sostenme el espejo y yo me voy maquillando, escribe, Somitos, que mi personaje predilecto es la madre Teresa de Calcuta, y yo ahí parada, ante sus uno con ochenta de espléndida figura, anotando en una libreta la ristra de boberas.
No. Este año no iría al reinado así tuviera quedejar mi puesto. Prefería comerme un tarro de lombrices a soportar que me llamaran "Somitos", o a hacerle el favor a miss Cundinamarca de recogerle los aretes que dejó olvidados en el comedor. Entré, pues, a la redacción murmurando maldiciones, porque sabía demasiado bien que sería imposible conseguir otro trabajo estable, así que de ninguna manera podría renunciar.
Al fondo, de espaldas, viun muy conocido saco de pana color verde botella, y pensé, ahora este saco se voltea, y adentro aparece el jefe con su pescuezo de pavo y sin saludarme me cacarea que empaque para Cartagena, y aquí va otra vez Somitos, a comerse sus lombrices con sal y pimienta. El saco se volteó, el pavo me miró, pero contra mis pronósticos se dignó darme los buenos días y no mencionó nada de Cartagena. Me...
Regístrate para leer el documento completo.