Lautréamont y la comunicación imposible
{ o Lautréamont y la Comunicación Imposible }
Si yo supiera lo que es la poesía,
no tendría por qué escribirla
—René Char
Si alguien tiene genio, se
lo hace pasar por idiota
—Lautréamont; Canto primero
El Conde de Lautréamont (Isidore-Lucien Ducasse; Montevideo 1849–París 1870) sin duda es un poeta difícil. Difícil en un sentido que para los académicos podríasignificar “oscuro” (poco claro, vago, difícil de comprender, incierto, peligroso). Asimismo se lo ha llamado loco, como se llama loco al ser incomprensible: La locura no se da a entender. La locura tiene sus discursos particulares y cada locura se comunica sin comunicar (al menos, en una primera aproximación), y lo hace (si lo hace) a su manera1.
En este ensayo abordaremos el tema de lalocura en relación a la obra de este singular poeta; asimismo, hablaremos del acto de escribir, y qué tiene qué ver esto con la comunicación.
La escritura como acto y agresión. Escribir es hacer una lectura a priori, es lo más parecido a leer lo que aún no se ha escrito, o lo que se está escribiendo, o también, escribir lo que uno quisiera leer si en ese momento uno fuera lector en lugar deescritor, y de este modo, anticipándose a la conclusión; es sólo que Lautréamont escribe, al parecer, sin preocuparse de que lo entiendan. Quizá, al igual que Mallarmé, no buscaba ya el reconocimiento general, sino la discusión de su obra2. En sus Poesías, y sobre todo en sus Cantos de Maldoror, Lautréamont no se explica, tampoco se justifica, “no aspira a nada, no presiente ningún Soberano Bien, másallá del bien y del mal, no transmite mensaje alguno”3, y esto es, sin duda, un punto a favor de su obra.
Y es, probablemente digo, esta ausencia de mensaje, lo que ha llevado a más de uno a considerar al Conde como un autor hermético, oscuro, aunque “acaso no debiera hablarse de oscuridad, sino de una luz un poco turbia [...] que oculta más de lo que manifiesta”4. En esos animales extraños,en ese pulpo alado que es a la vez pulpo y vampiro, en esas ventosas que se cierran sobre su presa, se manifiesta un desorden, pero este desorden, este caos5, digamos esta fantasía, es sólo la mascarada de alguna otra cosa. Quizá de la agresión, si creemos en lo que nos dice Gaston Bachelard, quien redacta una obra bastante ilustrativa sobre este tema6. El Conde pretende, y en parte lo logra,agredir a su entorno, su sociedad, su cultura, y su arma de ataque es la escritura. Lástima que no fue leído bastante en su tiempo.
No gusta, no gusta. Uno puede tomar el Maldoror, sentarse, comenzar a leer, cerrar el libro en repudio y asegurar que no tiene sentido, que es el producto de una mente enferma (porque a la locura se le ha asignado un lugar junto a la enfermedad, y quizá el problemaradica en que nos lo hemos creído, en que hemos naturalizado esa ridícula creencia). Pero, preguntemos con total honestidad, ¿realmente cuántas veces nos detenemos a reflexionar en torno a la locura, o también en torno a qué significa que algo sea de nuestro gusto o que no lo sea?
La polémica en torno a la poesía de Ducasse es la misma que se ha formulado en torno a tantos otros, que parecenhaber trascendido el lenguaje para ir más allá del lenguaje, o que en apariencia no dicen nada, que no comunican nada a través de su escritura. Lautréamont pertenece a la raza de los Rimbaud, de los Artaud, de los Nerval7. Y a todos y cada uno de ellos se los ha llamado locos, porque han resultado incomprensibles para sus primeros lectores, ininteligibles por oscuros, porque no dicen nada. Pero,¿será así? Esta locura, este mutismo, ¿no serán más bien pura sordera?
Si la poesía de Lautréamont no dice nada, si no trasmite ningún mensaje ¿cómo es que ha habido algunos que le han escuchado? La voz de su poesía es una voz disonante, un grito y un ruido, un balbuceo, primitivo y puro, y en él radica toda la agresión de Ducasse-Lautréamont-Maldoror. Los que han sabido escuchar estos...
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