Layo, Agamenón, Edipo. Reeditando mitos

Layo, Agamenón, Edipo.
Reeditando mitos
Alejandro Fonzi
Los “hechos” que percibimos no son “imagen de” algo concreto, que está a nuestra disposición para ser espejado o reflejado en nuestro lenguaje. Más bien, lo que denotamos como “hecho”, es una creación incesante y esencialmente indeterminada (social-histórica y psíquica) de figuras/formas/imágenes A.
Las significaciones que damos a loshechos surgen, automáticamente, de “pre-juicios”, de juicios apriorísticos, es decir, de “creencias” o “axiomas” o postulados, expresiones no conscientes del paradigma científico imperante. Se trata de juicios ya pensados con las reglas propias de una determinada lógica que, por haber evidenciado su utilidad en su momento, se instalaron en nosotros, se dan por ciertos y que, por lo tanto, “nomerecerían” en principio, ulteriores reflexiones. De este modo, es natural que terminen prestándose a confusión.
Lo dicho se aprecia más facilmente, si nos referimos a una interpretación o a una conceptualización teórica acerca de un “constructo” que pertenece a otro tipo de realidad, tal como lo es un mito. Encarándolo como un “sueño de la humanidad” merece recordarse que, toda interpretación de unsueño, es factible de ser ampliada. Del mismo modo, siempre quedará un “ombligo” del sueño, inaccesible a nuestra comprensión.
Desde este punto de vista vale revisitar significaciones míticas, tan consensuadas, que terminan confundiéndose con “verdades” indiscutibles. Me propongo, en esta ocasión, volver a explorar el mito de Layo, nuestro paradigmático representante del filicidio pasional,filicidio aceptado como contenido pulsional propio de la especie humana, contrastándolo con otra figura mítica: la de Agamenón B. Continúo planteando ciertas observaciones peculiares que, a mi juicio, merecen consideración, respecto del mito de Edipo, planteado en el “Edipo Rey”, de Sófocles.
Layo y Agamenón
Habitualmente, en la interpretación de los mitos de Layo y de Agamenón, no se discriminasuficientemente la radical diferencia vivencial que existe entre situaciones tales como la condena a muerte de Edipo, por decisión de Layo, de la condena a muerte de Ifigenia, por decisión de Agamenón. Como “hechos”, ambos serían calificados de “filicidio” y “son filicidios”. Sin embargo, a poco de profundizar en la interpretación de cada situación, nos encontramos con significaciones muy diferentes.Sin pretender hacer un análisis completo de estos mitos quisiera destacar que, en los motivos de Layo, solo encontramos el interés de defender su propia vida, su propia situación de poder y su intención de eliminar a un posible rival sexual. Desde este punto de vista, Layo “desea” que Edipo desaparezca.
Agamenón, en cambio, se ve forzado y “traccionado”, a su pesar y con sufrimiento, a elegirentre dos deberes C. Chocan en conflicto dos responsabilidades que, en su caso, aparecen como opuestas: 1- el deber y la responsabilidad como padre de Ifigenia y 2- el deber y la responsabilidad como conductor de los ejércitos aqueos, en la guerra contra Troya D.
Mientras que la decisión de Layo atiende a “su propio interés” egoísta, la de Agamenón le exige tomar en cuenta los intereses del“grupo” a su cargo, a expensas de su propio deseo de proteger a su hija. Predomina en él la responsabilidad frente al grupo “como totalidad” antes que frente al individuo, aunque este individuo sea su propia hija.
Estamos en presencia de dos padres que, “en los hechos”, son los responsables materiales de la muerte de sus hijos. Sin embargo, los motivos vivenciales que observamos en ambos, son totalmentediferentes así como también sus “intenciones” y su satisfacción personal. Haciendo foco en su comportamiento como padres, en Layo la “función paterna” es, sencillamente, inexistente. Cabría calificar de “fratricida” a su conducta.
Agamenón, en cambio, es plenamente consciente de su función y, bien o mal, así la ejerce. El daño que provoca a Ifigenia lo provoca, inequívocamente, “a su pesar”...