Lazarillo

mas que empezar una labor con nosotros, semejante a la que empezaríamos con nuestro hijo: llenamos la cabeza de ideas que pueda heredar él. Y entonces, tras ese vacío, ¡qué sensación de inutilidad y fracaso sentiremos!
No podemos pensar toda la vida, como ahora, en renovar el mundo sin cau­sajustificada; tan sólo porque está mal hecho. Al llegar a esa edad puente entre ju­ventud y plenitud -esaedad que no puede fijarse porque ser joven no es lo mismo que tener pocos años- nos hundiríamos en el vacío provocado por los errores y las ideas huecas. Se trata, pues, de crear nuestra propia vida ahora, con ideas que pe­sen y no se hundan en el serrín de los años. Con afán de diálogo inteligente ... , que la lógica vendrá luego, a su pasito.
• Hay que crear, pero respetando
Habéis leídodiálogo inteligente: me estáis exigiendo que os aclare lo que quiero decir con esta frase tan de mocla. No es,ltposell, y tengo mis razones.
La generación vieja, ese grupo de personas contra las que estamos luchando abiertamente, también ha tenido inteligencias. Las tienen aún. Inteligencias jóve­nes, porque la inleligencia y la razón no envejecen nunca; tan sólo, con el ti'eínpo, se aplican a lascosas más directamente, con menos obstáculos. Ellos han traído los adelantos y han hecho avanzar la ciencia, esa ciencia que nosotros queremos I1re_ construir" juvenilmente. Ellos han creado con sus manos y sus cerebros el mundo en sí, con el paso de los años. Un mundo al que nos sentimos íntimamente ligados. Llevamos en nuestro ser algo de lIellos", de lo que han creado, y no podemos des­ligamos.Haremos, amigos, cosas nuevas que continúen a aquellas, llegaremos a su­perarJas, pero basándonos en sus ideas y pidiendo involuntariamente su colabora­ción.
Llegaremos nosotros, los jóvenes de hoy, a ser valores nuevos, exponentes de nuestra generación, que ha empezado a tambalearse en contradicciones. Como ta­les, deberemos seguir la labor realizada en el mundo por los viejos.Es ... el {elevodel mundo que hace de palito en la carrera de la ciencia y la vida. Pero si los corre­dores se enfrentan y corren al revés -el uno hacia atrás porquc cl antcrior 10 hizo hacia adelante-, la carrera sería un caos. ¿No creéis que algo así está ocurriendo?
Tenemos que colaborar con las generaciones anteriores, dialogar práctica­mente con ellas y no destruir su labor para hacer otras que seríandestruidas a su vez por los que vengan detrás. Los hombres que trabajaron antes que uosotros han hecho cosas dignas de admiración; respetemos lo bueno que han hecho y apliqué­moslo a nuestra labor para llegar a algo útil ... "No se trata de destruir, sino de asi­milar", dialogar con ellos, al igual que establecen diálogo las poteucias en tensión para evitar la catástrof,: de I'.l,guerra.
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Estasería la única forma de actuar con justicia y con responsabilidad. Situán­donas paralelos a su generación, todos juntos, considerándonos individuos de nues­tra generación -es decir, pensando individualmente- y no sintiéndonos inconscien­temente (borreguihnente diríamos nosotros en confianza) una gcneración de indi­viduos y nada más.

Es preciso lener en cuenta que todos los genios de nuestrajuventud son va~ lores aislados que trabajan paralelos a los de la juventud aoteria;, sin darse cuen­ta. Realizan su trabajo -toclos lo hacemos así- a imitación involuntaria de los que han pasado delante. También "ellos" han protestado, con música o sin ella con ra-
zón a sin razón, en su juventud ... '
. Todo su trabajo ha servido para nosotros. Queremos eliminados de los pues­tos de trabajoporque nosotros, los jóvenes de hoy, venimos con "otras ideas" (que al fin y al cabo vienen a ser iguales). "Ideas del día, y no de veinte años atrás" de­cimos. Y nos equivocamos, amigos: porque ése no es el camino de hacernos v~ler. Entre "ellos" también quedan gentes inteligentes (hemos quedado de acuerdo en que la inteligencia no envejece) y jÓvenes de espíritu que pueden seguir desempcR...