Le bal
La historia más bailada jamás contada
Estamos ante una película audaz, una de esas ideas “originales” que en el formato de un corto soportan el arrojo de la propuesta, pero que en el de unlargometraje hay que realizar auténticas pericias para que no se desmorone pasados diez minutos. Store Scola pasa ese “más difícil todavía” con nota alta, sin acudir a estridencias ni a juegos malabares,rodando con sobriedad y sabiduría, sabiendo llevar al espectador, con paso tan grácil como el del baile, a lo largo de los 110’ que dura esta película inclasificable.
“Le Bal” es profundamenteteatral y profundamente cinematográfica. La Historia (y pongo ésta con mayúsculas porque literalmente barre toda la película) pasa por una sala de baile concurrida por unos personajes que marcan, junto conuna maravillosa banda sonara que adapta los éxitos de la época, el tiempo que relatan. Ni una sola línea de diálogo (que no echas en falta pues la expresividad y contención de los actores lo dicetodo) sale de los labios de este magnífico plantel de actores que, a lo largo de la película irán cambiando sus roles (excepto dos que permanecerán interpretando los mismos papeles, pero igual deazotados por el tiempo que los demás protagonistas) nadando a favor de la Historia. La maestría de Scola es que con tan pocos elementos consiga la máxima expresión: sutiles cambios en el decorado (del quesólo sale en una ocasión brevemente para “airear” innecesariamente la película); un vestuario que sin ser paródico retrata perfectamente a la época y al personaje; una planificación soberbia que hace queen cada secuencia se entrecrucen 3 o 4 historias que puedes reconocer sin confusión de esa colectividad a la que te sientes cercano, aún relatándote la historia francesa.
Es una sensación curiosa,pues siendo una película de hace más de dos décadas contemplas la “Historia” como un gran paraguas que nos acoge a todos: todos pasamos una guerra (o escuchamos su silencio); todos pasamos hambre...
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