Le ileada
Si se superponen la imagen poética con la de los dos lugares que Aristóteles define como fuera de loslímites de lo humano, se pueden ver aparecer, en uno de los márgenes de ese río, el ámbito de la divinidad, y en el otro, el de la animalidad. Si a ese cauce de la vida se le añade la hybris -esenciadel carácter humano- como un impulso por transgredir los límites, no será difícil imaginarse ese río desbordándose por uno u otro margen. Pero, dejando por un momento de lado las imágenes poéticas,veamos qué tiene que ver el mito de un héroe en busca de la inmortalidad -Gilgamesh- con la definición los límites humanos.
Sin duda, entre las muchas diferencias que existen entre hombres, dioses yanimales una de las más significativas es la mortalidad. Aunque, más que la mortalidad en sí, la diferencia esencial reside en el modo de enfrentarse a ella de esos tres tipos de «seres». Los diosesse diferencian esencialmente de los hombres por su inmortalidad, es decir, adolecen de conciencia de muerte; la muerte es, para ellos, un imposible. Por su parte, los animales, aun siendo mortales,carecen de conciencia de muerte ya que, al estar «atados al palo del instante», para ellos la muerte es un impensable. Frente a ese imposible y ese impensable, el hombre es un ser consciente de su...
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