Le nécrophile

Páginas: 62 (15428 palabras) Publicado: 13 de agosto de 2014
Título original: Le nécrophile









1.a edición: diciembre 1995








© Éditions Régine Deforges, 1972, 1990























© de la traducción: Joaquín Jordá, 1995
Diseño de la colección: Clotet-Tusquets
Diseño de la cubierta: BM
Reservados todos los derechos de esta edición para
Tusquets Editores, S.A. - Iradier, 24, bajos - 08017Barcelona
ISBN: 84-7223-925-X
Depósito legal: B. 40.951-1995
Fotocomposición: Foinsa - Passatge Gaiolà, 13 - 08013 Barcelona
Impreso sobre papel Offset-F Crudo de Leizarán, S.A. - Guipúzcoa
Libergraf, S.L. - Constitución, 19 - 08014 Barcelona
Impreso en España


Escaneo, OCR y corrección, Jorge Barbikane



TEXTO SOLAPA


Esta es la primera vez que publicamos en La sonrisa verticaluna narración sobre una de las facetas del erotismo más oscuras, más delicadas y más difíciles de transmitir: la necrofilia.
Lo curioso es que haya sido una mujer, Gabrielle Wittkop, la que haya sabido como pocos ahondar en el alma de un necrófilo, y lo ha hecho de la única forma en que semejante tema permite ser tratado: elevándolo, mediante su escritura de auténtica creadora, a categoríaliteraria sin por ello eludir su crudeza inherente. Publicado por primera vez en 1972 por la gran editora francesa de libros eróticos Régine Deforges, El necrófilo se agotó rápidamente y permaneció inencontrable hasta que ella misma volviera a relanzarlo en 1990, convencida de que «es uno de los textos más inquietantes de la literatura contemporánea»

Un anticuario, acostumbrado a vivir entre objetosvetustos, cuenta en forma de diario un año de sus sombríos encuentros con Henri, Suzanne, Teresa y otros muchos seres anónimos. Son jóvenes o viejos, fáciles de poseer o rebeldes. Pero todos tienen algo en común: la misma piel cetrina todavía algo tersa, el mismo color de cera, los mismos ojos entornados, los mismos labios mudos, el mismo olor a polilla y el mismo sexo glacial. Porque es a losmuertos a quienes ama, a quienes desea. Goza de los encantos en putrefacción de cadáveres robados de sus sepulturas y adorados en la penumbra de una habitación cuyas cortinas permanecen siempre corridas. Pero no es un ser solitario, también se relaciona con otros necrófilos y comparte con ellos sus impresiones acerca de sus gustos y vivencias. Pero el suyo es un placer peligroso, un juego prohibido,maldito. Un día, durante un viaje a Nápoles, todo parece detenerse para él...

Gabrielle Wittkop es francesa pero, casada con el periodista y escritor alemán Julius Wittkop, autor de un importante libro sobre el anarquismo, vive en Frankfurt, Alemania. Como dicen quienes han tenido el placer de conocerla, Wittkop es una auténtica vieja dama «indigna», viajera empedernida que ha recorrido todoslos rincones del mundo, especialmente Indonesia y las Islas de la Sonda. Colabora de manera esporádica en el Frankfurter Allgemeine Zeitung precisamente con crónicas de viaje. Ha publicado en Francia cuatro novelas —además de ésta. La mort de C. (1976), Les Rajahs blancs (1986) y Hemlock (1988)—, un libro de cuentos, Les Holocaustes (1976), un ensayo, Grand Guignol (1979), y una biografía, MadameTussaud (1976)
















El necrófilo








A la memoria de C.D.,
caído en la muerte
como Narciso en su imagen



12 de octubre de 19..


Las pestañas grises de la chiquilla arrojan una sombra gris sobre sus pómulos. Tiene la sonrisa irónica y astuta de las taimadas. Dos tirabuzones lacios enmarcan su cara, bajan hasta los festones de la camisaarremangada por debajo de las axilas y que descubre un vientre del mismo blanco azulado que se ve en algunas porcelanas de China. El monte de Venus, muy plano, muy liso, reluce ligeramente bajo la luz de la lámpara; diríase que lo recubre una película de sudor.
He separado los muslos para contemplar la vulva fina como una cicatriz, con los labios transparentes de un malva pálido. Pero tendré que...
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