Le Volleyball
120 Así se expresó, yTetis, la diosa de los argentados pies, no fue desobediente. Bajando en raudo vuelo de las cumbres del Olimpo llegó a la tienda de su hijo: éste gemía sin cesar, y sus compañeros seocupaban diligentemente en preparar la comida, habiendo inmolado una gran de y lanuda oveja. La veneranda madre se sentó muy cerca del héroe, le acarició con la mano y hablóle en estostérminos:
128 —¡Hijo mío! ¿Hasta cuándo dejarás que el llanto y la tristeza roan tu corazón, sin acordarte ni de la comida ni del concúbito? Bueno es que goces del amor con una mujer, puesya no vivirás mucho tiempo: la muerte y el hado cruel se te avecinan. Y ahora préstame atención, pues vengo como mensajera de Zeus. Dice que los dioses están muy irritados contra ti,y él más indignado que ninguno de los inmortales, porque enfureciéndote retienes a Héctor en las corvas naves y no permites que lo rediman. Ea, entrega el cadáver y acepta su rescate.
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