Lección 20 freud resumen
A primera vista parece que todo el mundo se halla de acuerdo sobre el sentido de «lo sexual», asimilándolo a lo indecente: csto es, a aquello de que no debe hablarse entre personas correctas. Hasta mis oídos ha llegado la curiosa anécdota siguiente: Los alumnos de un célebre psiquíatra, queriendo convencer a su maestro de que los síntomasde los histéricos poseían, con extraordinaria frecuencia, un carácter sexual, le condujeron ante el lecho de una histérica, cuyos accesos simulaban, innegablemente, el parto. Mas el profesor exclamó con aire despectivo: «Está bien; pero el parto no tiene nada de sexual.» En efecto: un parto no es siempre un acto incorrecto y poco decoroso.
«lo sexual» entraña todo aquello relacionado con lasdiferencias que separan los sexos. Tomando como punto central el acto sexual en sí mismo, podría calificarse de sexual todo lo referente a la intención de procurarse un goce por medio del cuerpo y, en particular, de los órganos genitales del sexo opuesto, o sea todo aquello que tiende a conseguir la unión de los genitales y la realización del acto sexual. Sin embargo, esta definición tiene tambiénel defecto de aproximarnos a aquellos que identifican lo sexual con lo indecente y hacernos convenir con ellos en quc el parto no tiene nada de sexual. En cambio, considerando la procreación como el nódulo de la sexualidad, se corre el peligro de excluir del concepto definido una gran cantidad de actos, tales como la masturbación o el mismo beso, que, presentando un indudable carácter sexual, notienen la procreación como fin.
merced a minuciosas investigaciones, que han exigido por parte de los sujetos examinados un generoso desinterés y un gran dominio de sí mismos, hemos podido comprobar la existencia de grupos enteros de individuos cuya vida sexual difiere notablemente de la considerada como «normal». Algunos de estos «perversos» han suprimido, por decirlo así, de su programa ladiferencia sexual, y sólo individuos de su mismo sexo pueden llegar a constituirse en objeto de sus deseos sexuales. El sexo opuesto no ejerce sobre ellos atracción sexual ninguna, yen los casos extremos llegan a experimentar por los órganos genitales contrarios una invencible repugnancia.
los dividimos en dos grupos: aquellos que, como los homosexuales, se distinguen del hombre normal por el objetode sus deseos sexuales, y aquellos otros que tienden a un fin sexual distinto del normalmente aceptado. Al primer grupo pertenecen aquellos que han renunciado a la cópula de los órganos genitales opuestos y reemplazan en su acto sexual los genitales de su pareja por otra parte o región del cuerpo de la misma. Poco importa que esta parte o región se preste mal, por su estructura, al acto intentado;los individuos de este grupo prescinden de toda consideración de este género y traspasan los límites de la repugnancia, sustituyendo la vagina por la boca o el ano. A continuación, y dentro del mismo grupo, hallamos otros sujetos que encuentran la satisfacción de sus deseos en los órganos genitales, mas no a causa de la función sexual de los mismos, sino por otras funciones que por razonesanatómicas o de proximidad les son inherentes. Todo el interés sexual de estos individuos queda monopolizado por las funciones de la excreción. Vienen después otros perversos que han renunciado ya por completo a los órganos genitales como objetos de satisfacción sexual y han elevado a esta categoría a otras partes del cuerpo totalmente diferentes, tales como los senos, los pies o los cabellos femeninos.Otros no intentan ya satisfacer su deseo sexual con ayuda de una región cualquiera del cuerpo femenino, sino que se contentan con una parte del vestido, un zapato, una prenda interior, etc., y reciben así el calificativo de «fetichistas». Por ultimo, citaremos aquellos que desean al objeto sexual en su totalidad; pero exigen determinados requisitos, singulares o aterradores, hasta el punto de...
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