leccion de amor
Ebony Clark
Capítulo 1
Algunas personas que creían conocerla estaban convencidas de que la joven
Lane McCrane era una mujer sin sentido del humor. Su pálido rostro
enmarcado por aquella espesa mata de cabello castaño oscuro con destellos
cobrizos, sus ojos azules y los generosos labios que sonreían escasamente,
podrían haber hecho de ella una mujer hermosa si ella lohubiera permitido. De
hecho, lo era aún cuando ella pretendiera todo lo contrario y se esforzara lo
mínimo en acentuar sus encantos. La forma en que ella rehuía la coquetería,
confirmaba que no estaba interesada en destacar entre una multitud. Lane
solía vestir informalmente, con ropa cómoda que le permitiera moverse con
agilidad entre sus pequeños alumnos y con la que no tenía que preocuparse
delpeligro de las manchas de chocolate y otras substancias que hacían gritar
de pavor a las demás maestras. Mejor unos tejanos que una falda corta. Mejor
una camiseta de algodón que unos inútiles volantitos. Mejor zapatillas planas
que arriesgados zapatos de tacón. Mejor convenientemente vestida que
sugerentemente medio desnuda. Ninguno de sus compañeros de trabajo había
podido averiguar aún siaquel empeño de la joven en esconder cada centímetro
de su cuerpo, respondía a un alarde de puritanismo o por el contrario, ella
deseaba ocultar alguna espantosa cicatriz. O sencillamente, y era la conclusión
más extendida, a Lane McCrane no le importaba si los demás la consideraban
o no atractiva. De cualquier modo, nadie se habían interesado lo bastante en
ella como para tratar dedescubrirlo. Nadie sabía nada de ella más que lo que
ponía en las excelentes referencias que había aportado en su currículo. Por
supuesto, aquellas referencias habían sido comprobadas meticulosamente
como era costumbre en la escuela. Veintiocho años, de madre norteamericana,
se había criado en un orfanato después de que su padre las abandonara y su
madre fuera internada en un sanatorio. Pordesgracia, la madre de Lane se
había abandonado al alcohol y los médicos la habían desahuciado cuando
Lane solo contaba con cinco años. Y así, del orfanato a unos cuantos hogares
de acogida, era un milagro que Lane hubiera sobrevivido y hubiera sacado su
título de maestra con excelentes notas. Sus antiguos profesores se sentían
orgullosos de poder hablar bien de la Srta. McCrane, aunque no ocultaronsu
sorpresa cuando la Sra. Andrew les había llamado desde aquel pequeño
pueblo perdido en la geografía. Habían creído que Lane estaría ya casada y
sería madre de uno o dos críos. Pero por alguna razón, ella estaba allí. En
Juanita Fun, el lugar donde la gente se levantaba a las dos de la madrugada
solo por ver cruzar una estrella fugaz. Bueno, quizá no todos. Pero finalmente,
Lane McCranehabía elegido aquel lugar para echar raíces. Era cuanto sabían
de ella. Nada de novios ni amigos ni familia. Por lo mismo, no era extraño que
fuera algo huraña en sus relaciones personales. Los demás profesores, la
saludaban cada mañana mientras servían el café en sus tazas, pero evitaban
cualquier contacto. La señorita Pepinillo, la llamaban a sus espaldas, aludiendo
a su agrio carácter y en másde una ocasión, la misma Lane debía haber
escuchado aquel comentario por los pasillos. Incluso por el pueblo la llamaban
1
ya así y la Sra. Andrew creía que no era justo para ella. Una mujer tan joven y
bonita… Merecía algo más que la compañía de Patty Sims, profesora y su
mejor y quizá única amiga y de unos cuantos mocosos, por más que ella
siempre dijera que su trabajo era lo másimportante en su vida. Lane era una
joven agradable con sus pequeños alumnos, no cabía duda. Lane siempre les
escuchaba, se preocupaba por ellos y les dedicaba toda su atención. Ella
siempre tenía una palabra amable para ellos y aunque no podría jurarlo, diría
que durante las clases, ella se transformaba y dejaba de ser la mujer seria e
inaccesible a cuyos pensamientos nadie podía llegar. Los...
Regístrate para leer el documento completo.