Lecciones de liderazgo del everest
Páginas: 17 (4035 palabras)
Publicado: 9 de diciembre de 2010
MÓDULO – LIDERAZGO EN LA DINÁMICA ORGANIZACIONAL
CASO: Lecciones de Liderazgo del Everest
Los Himalaya, el salón de clases más exigente de la naturaleza, pueden enseñarnos mucho sobre cómo cuidar a seguidores y evitar vanidades.
POR MICHAEL USEEM
Nuestro TWIN OTTER descendia en un ángulo peligrosamente empinado, pero en el último minuto el piloto logró que enderezara la nariz, paraluego posarnos en la pista de aterrizaje. Habíamos llegado a la entrada de los Himalaya, una pista pequeñísima del poblado de Lukla, a una altura de 2,805 metros rodeado por picos cubiertos de nieve. Con las mochilas bien cargadas y un intenso sentido de la aventura, iniciamos nuestro viaje hacia la cadena montañosa rematada por el Monte Everest.
Fuimos a los Himalaya para aprender acerca delliderazgo en uno de los salones al aire libre más impresionantes, a la vez que más demandantes. Durante los 11 días siguientes, nuestro equipo de 22 escaladores, que incluía a licenciados en Administraci6n de Empresa titulados y a ejecutivos en mitad de la carrera, recorrimos 130 ki1ómetros por terrenos escarpados hasta llegar a un elevado punto de 5,400 metros. Mediante nuestras experiencias en elcamino aumentamos nuestra comprensi6n de la verdadera naturaleza del liderazgo.
Claro está que no teníamos que viajar al otro lado del mundo para apreciar los principios básicos del liderazgo. Todos reconocíamos que exige pensamiento estrat6gico, acci6n decisiva, integridad personal y otras valiosas cualidades. Tambi6n sabíamos que la puesta en practica de tales conceptos abstractos es muchasveces un proceso elusivo A decir verdad, pocos principios de comportamiento desafían la traducción a la realidad como los que involucra el liderazgo.
Hicimos el viaje al Monte Everest, no porque pudiera enseñarnos casas sobre cl liderazgo que no pudiéramos haber aprendido en otras partes, sino d porque ahí las lecciones serian mucho más apremiantes. Cuando surgieran problemas, podrían empeorar-o ser '0 resueltos rápidamente dependiendo de la prontitud con que las personas aplicaran esos conceptos teóricos del liderazgo. Para los cientos de escaladores que intentaron llegar a la cumbre del Everest, con frecuencia el liderazgo efectivo representó, literalmente, la diferencia entre la vida y la muerte.
Para nosotros, que marchábamos por las laderas de abajo, las decisiones no tendríanlas mismas consecuencias de vida o muerte. No obstante, nuestro viaje nos presionaría de maneras indecibles. La mayoría de las personas del grupo no tenía experiencia como montañistas; muchas jamás habían pasado siquiera una noche acampando bajo una tienda. De manera que, caminar 16 kilómetros diarios en un paraje agreste, en las alturas, las pondría a prueba como nunca antes habían estado. Y sibien nuestro plan era mantenernos en las estribaciones bajas del Monte Everest, éramos plenamente conscientes de los peligros de la enfermedad de las alturas y de los errores por descuidos: una mala caída podría resultar en la luxación o la rotura de un tobillo, un pequeño desastre en un sitio tan remoto.
De Gettysburg al Everest
Antes de ver las lecciones más detalladamente, diré unaspalabras acerca del origen del Programa MonteEverest. El impulso hacia la expedición se remonta a principios de los 90. En ese entonces, los reclutadores de los bancos de inversión, firmas de consultoría y otras compañías decían que les agradaban las habilidades funcionales de los egresados de la Facultad Wharton, pero también querían que esos administradores recién acuñados fueran capaces de dirigir.Sus mercados eran muy impredecibles y se movían a gran velocidad, por lo que no podían aceptar nada menos. Pero una cosa era enseñar liderazgo en el salón de clases; poner en práctica esas habilidades en el campo de trabajo era bastante distinto.
Para ayudar a eliminar esa diferencia, comencé a idear experiencias fuera de la universidad con el fin de mejorarla comprensión del liderazgo por...
CASO: Lecciones de Liderazgo del Everest
Los Himalaya, el salón de clases más exigente de la naturaleza, pueden enseñarnos mucho sobre cómo cuidar a seguidores y evitar vanidades.
POR MICHAEL USEEM
Nuestro TWIN OTTER descendia en un ángulo peligrosamente empinado, pero en el último minuto el piloto logró que enderezara la nariz, paraluego posarnos en la pista de aterrizaje. Habíamos llegado a la entrada de los Himalaya, una pista pequeñísima del poblado de Lukla, a una altura de 2,805 metros rodeado por picos cubiertos de nieve. Con las mochilas bien cargadas y un intenso sentido de la aventura, iniciamos nuestro viaje hacia la cadena montañosa rematada por el Monte Everest.
Fuimos a los Himalaya para aprender acerca delliderazgo en uno de los salones al aire libre más impresionantes, a la vez que más demandantes. Durante los 11 días siguientes, nuestro equipo de 22 escaladores, que incluía a licenciados en Administraci6n de Empresa titulados y a ejecutivos en mitad de la carrera, recorrimos 130 ki1ómetros por terrenos escarpados hasta llegar a un elevado punto de 5,400 metros. Mediante nuestras experiencias en elcamino aumentamos nuestra comprensi6n de la verdadera naturaleza del liderazgo.
Claro está que no teníamos que viajar al otro lado del mundo para apreciar los principios básicos del liderazgo. Todos reconocíamos que exige pensamiento estrat6gico, acci6n decisiva, integridad personal y otras valiosas cualidades. Tambi6n sabíamos que la puesta en practica de tales conceptos abstractos es muchasveces un proceso elusivo A decir verdad, pocos principios de comportamiento desafían la traducción a la realidad como los que involucra el liderazgo.
Hicimos el viaje al Monte Everest, no porque pudiera enseñarnos casas sobre cl liderazgo que no pudiéramos haber aprendido en otras partes, sino d porque ahí las lecciones serian mucho más apremiantes. Cuando surgieran problemas, podrían empeorar-o ser '0 resueltos rápidamente dependiendo de la prontitud con que las personas aplicaran esos conceptos teóricos del liderazgo. Para los cientos de escaladores que intentaron llegar a la cumbre del Everest, con frecuencia el liderazgo efectivo representó, literalmente, la diferencia entre la vida y la muerte.
Para nosotros, que marchábamos por las laderas de abajo, las decisiones no tendríanlas mismas consecuencias de vida o muerte. No obstante, nuestro viaje nos presionaría de maneras indecibles. La mayoría de las personas del grupo no tenía experiencia como montañistas; muchas jamás habían pasado siquiera una noche acampando bajo una tienda. De manera que, caminar 16 kilómetros diarios en un paraje agreste, en las alturas, las pondría a prueba como nunca antes habían estado. Y sibien nuestro plan era mantenernos en las estribaciones bajas del Monte Everest, éramos plenamente conscientes de los peligros de la enfermedad de las alturas y de los errores por descuidos: una mala caída podría resultar en la luxación o la rotura de un tobillo, un pequeño desastre en un sitio tan remoto.
De Gettysburg al Everest
Antes de ver las lecciones más detalladamente, diré unaspalabras acerca del origen del Programa MonteEverest. El impulso hacia la expedición se remonta a principios de los 90. En ese entonces, los reclutadores de los bancos de inversión, firmas de consultoría y otras compañías decían que les agradaban las habilidades funcionales de los egresados de la Facultad Wharton, pero también querían que esos administradores recién acuñados fueran capaces de dirigir.Sus mercados eran muy impredecibles y se movían a gran velocidad, por lo que no podían aceptar nada menos. Pero una cosa era enseñar liderazgo en el salón de clases; poner en práctica esas habilidades en el campo de trabajo era bastante distinto.
Para ayudar a eliminar esa diferencia, comencé a idear experiencias fuera de la universidad con el fin de mejorarla comprensión del liderazgo por...
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