Lecciones del Hotel 7 Estrellas
Según los defensores del proyecto del hotel siete estrellas que se quería construír en el Parque Tayrona,
es inadmisible que, con carreta ambiental, se torpedee la “legítima aspiración de Santa Marta” a desarrollarse
como destino turístico de talla internacional. Aunque soy un convencido de que proyectos de
desarrollo de este tipo pueden irmuy bien de la mano con el entorno ambiental, el punto sobre el cual quiero
llamar la atención es la denominada “legítima aspiración samaria”.
Es bueno recordar que el proyecto del hotel 7 estrellas fue dado a conocer al público por
el Presidente Santos el pasado 30 de septiembre durante el Congreso Nacional Hotelero
en Cartagena. El Presidente anunció que la compañia Six Senses junto conempresarios
locales, construirían en el Parque Tayrona dicho hotel. “Seremos el segundo país de
América Latina en contar con un hotel de esta categoría”, indicó Santos. Y no dijo más
nada al respecto. Solo tiró la piedra.
Y la piedra levantó odios y amores. Columnistas locales, regionales y nacionales
reaccionaron a favor y en contra, y desde entonces se publicaron decenas de artículos de
prensaal respecto. Se formaron grupos en las redes sociales en contra del proyecto
turístico y hasta se inició, a través de internet, una recolección de firmas para exigirle al
Presidente que cancelara la realización del proyecto.
Distinto a lo ocurrido en los últimos treinta años, en los que diversos proyectos han sido
propuestos para ser desarrollados en el parque, esta vez la discusión no secentró solo
en la importancia de la biodiversidad de la zona y el impacto ambiental del proyecto, sino
especialmente en la defensa de los derechos de las comunidades indígenas relacionadas
desde tiempos ancestrales con el territorio del Parque.
Ante la tormenta mediática ocasionada por la intervención de Santos, le correspondió a
las diferentes instancias gubernamentales salirle al paso a lascríticas y ataques. El
Ministerio del Interior primero afirmó que exigiría una consulta previa ante los indígenas,
luego que ésta no sería necesaria puesto que en el lugar donde se realizaría el proyecto
no existían asentamientos indígenas, y al final regresó nuevamente a la afirmación inicial
de la consulta con las autoridades indígenas. El Ministro del Medio Ambiente dijo no
conocer el proyecto,y el Presidente solo ratificaba en cada intervención su respeto hacia
las comunidades indígenas.
Por su parte, el público en general y los habitantes de Santa Marta en particular no
conocían detalles del proyecto. Nadie sabía con exactitud en qué sector o playa del
Parque se planteaba el hotel. ¿Acaso en la playa de Arrecifes, o acaso en alguna de las
playas de la Ensenada del Cabo San Juandel Guía? ¿Se construiría una carretera para
llegar hasta allí, o el transporte de los huéspedes sería por el aire o por el mar? ¿Qué tan
grande sería el área destinada al hotel? ¿Sería un hotel estilo eco-habs, o tal vez una
torre convencional? ¿Cuantos puestos de trabajo directos se generarían? ¿Se construiría
el hotel sobre ancenstrales cementerios indígenas o se escogerían sitios nosagrados para
las étnias actuales? Nadie lo sabía, ni siquiera los funcionarios de los ministerios
involucrados, ni el mismo Alcalde de Santa Marta quien afirmó que se había enterado del
proyecto por los medios de comunicación. Algo más absurdo nunca se había visto. Solo
los propietarios del proyecto lo conocían: la compañía Six Senses y la empresa
Promotora Arrecifes S.A. quienes durante todoeste tiempo de polémica mantuvieron
completo silencio.
Siendo esto así, la discusión nunca tuvo sentido. No se puede discutir ni llegar a acuerdos
sobre una idea o proyecto que la contraparte no conoce. Y mucho menos si una de las
partes no participa en la discusión.
Si lo que Six Senses y Promotora Arrecifes S.A. pretendían al no brindar a la opinión
pública información oportuna,...
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