Lectura erotica

Él, con esa mirada penetrante no me quita la vista de encima, yo, inquieta y juguetona lo reto. Nuestras miradas se hacen una sola y entonces me toma de la mano y me lleva al más oscuro infinito. Nosoy una chica fácil, sólo que me gustan los retos y su mirada es por mucho, la más retadora que jamás alguien haya posado sobre mis labios.

Empieza con sus típicos juegos de palabras, sé que quierealgo más, pero yo únicamente lo observo con una mirada inocente, capaz de volver loco al más hombre más paciente y respetuoso que pueda existir sobre la tierra. Sonrío y coloca su dedo índice sobremis labios, sé que le gusta y él sabe que a mí también. Un repentino ruido rompe con la magia que hasta el momento nos había envuelto, y me molesta el hecho de saber que debemos volver a comenzar; él,en cambio, pretencioso como siempre sabe cómo regresar al punto en el que nos encontrábamos antes del incidente.

Se acerca lentamente a mí mientras yo me alejo, pero es astuto y ágil como aquellosmininos que tanto me gustan, me toma por la cintura para evitar que siga alejándome y, no conforme con eso, me acerca bruscamente hacia él, hacia ese cuerpo perfectamente imperfecto que tanto me gustamirar.

En ese momento, nuestra ropa no existe, puedo sentir su abdomen pegado al mío a pesar de que es invierno y los dos estamos vestidos al por mayor, es como si por arte de magia nos desnudarael momento. Nuestro momento.

No me puedo distraer: es rápido. Sabe lo que hace y sobre todo cómo lo hace, también sabe que a pesar de mi falso intento por detenerlo me gusta.

Siento su manoderecha sobre mi rostro, fue entonces cuando descubrí que ya no era necesario que me mantuviera a su lado muy a mi pesar, ya estaba mi cuerpo junto al de él por voluntad propia. Me paré sobre sus pies,rodeé su cuello con mis cortos brazos y entonces los dos supimos que ese era el momento.

Sus labios y los míos se hicieron uno solo, no fundimos en un beso que por mucho tiempo desee al mismo...