LECTURA No2

LECTURA No. 2. EL LICENCIADO RODRÍGUEZ
Texto adaptado por Jairo Muñoz, consultor. Tomando como referencia el texto del artículo “McGregor”,
escrito por Arthur Elliott Carlisle, publicado por la Revista Organizational Dynamics.
Septiembre de 1974 Santa Fe de Bogotá 1994

No hay duda al respecto: algunos rectores son más originales que otros. Pero, ¿qué tan a
menudo se encuentra uno con un rectorrealmente bien organizado? Apuesto que no muy a
menudo. En el desarrollo de mi trabajo me reúno con varios directivos docentes al año, y, a
pesar de ello, no recuerdo sino uno que era tan extremadamente organizado que tenía tiempo
para pasársela jugando ajedrez. Consideren lo siguiente como prueba adicional de su nivel de
organización. Hace más o menos dos años conocí al Licenciado Rodríguez, quienacababa de
ser promovido a la rectoría de un colegio oficial.
Mi encuentro con el Licenciado Rodríguez ocurrió cuando yo estaba realizando un estudio sobre
el grado en que los rectores usaban técnicas verdaderamente participativas en su relación con
los subordinados. El problema con una investigación de esta naturaleza es que casi todos los
rectores dicen que usan un enfoque participativo (no esacaso eso lo que un buen rector tiene
que hacer); en todo caso, en lo que yo estaba interesado era en información sobre el
comportamiento efectivo, no en las creencias de los rectores. Así pues, tuve que desarrollar un
método indirecto para conseguir esta información mediante entrevista con los rectores y algunas
preguntas de verificación con sus subordinados. El cuestionario para guiar lasentrevistas se
aplicó a más de 100 directivos docentes de diez importantes planteles educativos de la capital.
El primer ítem del cuestionario se refería a la realización de reuniones del director con sus
subordinados; otros ítems se referían a la frecuencia de las reuniones y a los temas tratados.
Finalmente, se trataba de determinar si los subordinados tenían la oportunidad de tomar la
iniciativa enlas discusiones y de participar activamente en el proceso decisorio, o si por el
contrario, sólo tenían la oportunidad de escuchar las decisiones que su superior había tomado.
El Lic. Rodríguez, quien era en ese momento rector de uno de los establecimientos educativos
más grandes de Santa Fe de Bogotá, fue el último entrevistado entre más de 100 rectores del
estudio. Aunque la entrevista se habíaprogramado con anticipación, la fecha exacta se había
dejado abierta. Había acordado con el Lic. Rodríguez que lo llamaría a su oficina al comienzo de
la semana en que me encontrara haciendo entrevistas en un sitio cercano.
Lo que me ocurrió cuando lo llamé fue lo siguiente; la recepcionista respondió dando el nombre
del plantel. Al preguntar por la oficina del rector una voz masculinainstantáneamente saludo con
un ¡Aló”. Pedí que me pasara al Lic. Rodríguez, y la voz respondió “Soy Yo”. Me di cuenta en ese
momento de que no se trataba del rector promedio: éste contestaba esperando la llamada. Al
preguntarle cuando me podría recibir, contestó: “Cuando quiera”. Le dije “¿sería posible hoy?” y
su respuesta fue: “Hoy, mañana o el miércoles está bien; o venga el jueves a cualquier hora,
menosentre las 10 y las 12 del día, o si quiere el viernes o la próxima semana a cualquier hora”.
Le expliqué que sólo quería encajar en su agenda y él contestó: “Usted no me está entendiendo,
no me importa cuando venga. En mi agenda sólo tengo anotado jugar ajedrez y verlo a usted.
Venga en cualquier momento”. Luego colgó. Yo estaba asombrado. Este ejecutivo tan
importante, aparentemente no tenía másque hacer sino jugar ajedrez y conversar con los
visitantes.

Le creí al Lic. Rodríguez y me fui directamente a verle sin anuncio previo. La oficina del rector,
ubicada en un pequeño edificio en una esquina del plantel, estaba al lado de la de su secretaria,
quien al llegar yo, estaba tejiendo muy concentrada. Sin dejar de tejer, me miró y me dijo:
“¿Usted debe ser El Lic. Rodríguez?”, el está...