LECTURA NOCTURNA
Walter Bruno Berg*
➲ Literatura y cine.
Nuevos enfoques del concepto de intermedialidad
Uno de los problemas fundamentales del cine como medio sigue siendo el de su relación con los otros medios, en especial con la literatura. Es sabido lo que debe el cine –que
fue, desde el principio, un medio de consumo, un medio destinado al consumo masivo– a
la literatura,en especial, a la literatura realista del siglo XIX. No cabe duda de que el cine
es el heredero directo del arte y de las técnicas narrativas milenarias de occidente cuya
culminación, a su vez, la constituye el realismo decimonónico. Desde el precepto de
empezar el relato del argumento in medias res, pasando por las diversas técnicas de focalización –la anticipación o el famoso flash back (que deninguna manera es una invención
cinematográfica)–, la presentación de los personajes, la utilización de estos últimos como
portavoces o como condensaciones de un mensaje filosófico, hasta los grandes panoramas
descriptivos destinados a la documentación histórico-social con la que los grandes novelistas del siglo XIX entraban en competencia con las ciencias sociales nacientes de la
época: en todosestos casos se trata de elementos presentes en el arte por excelencia del
siglo XX que es el cine. Todo parece, pues, como si la adaptación no fuera un género cinematográfico específico sino uno de los rasgos esenciales del nuevo arte: el cine es literatura, lo mismo que la ópera es literatura, sin perder, por eso, nada de su esencia de ópera.
Nadie dirá que Don Carlos u Otello, dos de las másgrandes óperas de Verdi, son “adaptaciones” de un arte considerado menor o mayor que sería la literatura. De la misma manera, películas como Der blaue Engel (1930) de Josef von Sternberg o Der zerbrochene
Krug (1937) de Gustav Ucicky son consideradas cúspides en el arte cinematográfico sin
tomarse en cuenta como punto de comparación sus respectivos modelos literarios.
Por otra parte, si el cinesiempre es adaptación (de otros medios), también es indudable que tiene rasgos específicos, rasgos inconfundiblemente cinematográficos. Veamos
un ejemplo: el “gran dictador”, en la película inolvidable de Charlie Chaplin, está jugando con un globo terrestre de aproximadamente un metro de diámetro. El globo se mueve
con la ligereza de una pluma porque se trata de un globo aerostático. Chaplin, por su*
Walter Bruno Berg es catedrático de literatura latinoamericana en la Universidad de Friburgo-Brisgovia. Sus campos de trabajo son las literaturas hispanoamericana, brasileña, española y francesa. Últimas publicaciones: Discursos de oralidad en la literatura rioplatense del siglo XIX al XX (1999; en col.
con M. K. Schäffauer); As Américas do Sul: O Brasil no Contexto Latino-Americano (2001; encol. con
C. Nogueira Brieger, J. Michael, M. K. Schäffauer).
Iberoamericana, II, 6 (2002), 127-141
1. La discusión metodológica
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Walter Bruno Berg
parte, despliega toda la gama de su genio de comediante bailarín. Mantiene el globo en el
aire dándole impulso con los dedos, la punta del pie, pero también con las caderas grotescamente torcidas. En efecto,estamos ante una escena específicamente cinematográfica,
y eso, por varias razones.
La primera –la más obvia– es de orden medial. Me refiero a la ligereza casi absoluta
de los movimientos, debida no sólo al genio artístico de Chaplin ni tampoco a la materialidad aerostática del globo, sino también al empleo deliberado de unos procedimientos
propios del medio, vale decir, cámara lenta, focalización,posibilidad de repetición (hasta
lograr el efecto deseado a perfección).
Otra razón es de orden hermenéutico: es evidente que la perfecta simulación de la
ingravidez del globo debida a las virtudes de la pantalla, aparte de referirse satíricamente
a la megalomanía “fantástica” del dictador, también puede leerse en un sentido mayormente autorreferencial. Desde esta perspectiva, la escena también...
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