Lectura

Convivir en la diversidad
Por Caterine Galaz, periodista, octubre 2007

En las últimas décadas han ocurrido múltiples cambios tecnológicos y políticos que sumados a la globalización, han provocadouna serie de consecuencias sociales en el entorno más próximo a las personas: las comunidades locales. Al contrario de lo que planteaba la mundialización del capital, se pasó también a unaexternalización de “personas” desde diferentes latitudes que, frente a la desigualdad mundial, fueron asentándose en otros contextos, distintos a sus lugares de origen, situación que actualmente para casiningún país del mundo es desconocida.

Todos estos procesos sociales que se han generado –no sólo en los países más desarrollados como se suele pensar- han provocado la discusión sobre qué entendemos por“diversidad”. Desde diferentes focos de atención (políticos, educativos, de defensa de los derechos humanos, o de entidades del tercer sector) constantemente se aboga por el respeto a la “diversidad”para tener una relación pacífica a nivel local. De hecho, en el año 2001, la UNESCO hizo una declaración universal en torno a la “diversidad cultural” con el fin de establecer sobre ella, directrices ypolíticas concretas para los países firmantes.1

Constantemente escuchamos discursos que aluden al desafío de la “integración o inclusión social” en las comunidades actuales, entre personasnacionales y quienes son consideradas como “extranjeras” o “foráneas”. Y para ello, se remite nuevamente al discurso de la “diversidad cultural” y el respeto a las múltiples identidades coexistentes en unmismo territorio. Pero, cabe preguntarse, ¿qué se está entendiendo por diversidad cultural? ¿Sólo es diverso culturalmente lo que viene dado por la presencia de personas extranjeras en marcos nacionalesdeterminados? ¿Acaso, no existía diversidad cultural antes de la intensificación de los flujos migratorios actuales?

La diversidad cultural implica mucho más que la presencia conjunta de...