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Un mendigo iba caminando penosamente de casa en casa. Llevaba en la mano unas alforjas muy viejas, y en cada puerta pedía algo de dinero para poder vivir. Pensaba y selamentaba de su pobreza; se preguntaba por qué las personas nunca están satisfechas con lo que tienen, sino que, al contrario, siempre desean más.
-aquí-decía-vive un señor que tenía un comercioimportantísimo; y se hizo, con el tiempo, inmensamente rico.
Al no tener límites su avaricia y su afán de mayores riquezas, emprendió unos negocios tan arriesgados no solo acabaron con sus posesiones,sino que le dejaron en la miseria. “y estos casos-siguió el mendigo-son muy numerosos. No parece sino que los hombres solos estarán contentos cuando puedan poseer el mundo entero.”
En cuanto a mí, situviese no más que lo suficiente para comer y vivir, estaría contento.
Precisamente en aquel instante el Hada dorada se le apareció. Escucha-le dijo-quiero ayudarte. Abre tus alforjas para recibir eloro que voy a dar. Pero esto ha de ser con una condición. Todo lo que caiga en tus alforjas será oro, pero cada moneda que caiga en la suela se convertirá en polvo. ¿Entiendes?
-Sí, sí,comprendo-contesto asustado en el mendigo.
-bien, pero ten cuidado-dijo el hada dorada-. Tus alforjas son muy viejas; no las cargues demasiado.
Tan contento estaba el pobre, que abrió enseguida sus alforjas ycomenzaron a caer las monedas de oro. Estas pensaban ya demasiado.
-¿basta ya?-pregunto el hada dorada-.
-no, echa un poco más.
-¿no crees que se reventaran tus alforjas?
-no hay temor alguno.
Lasmonedas de oro siguieron cayendo. Las manos del mendigo empezaron a temblar.
-ya eres muy rico.
-un poquito más-exclamó en mendigo-.echa unas moneditas más,- hay demasiado. Se reventaran tusalforjas.
Pero, el mendigo en su locura pedía cada vez más oro hasta que al fin; las viejas alforjas reventaron. Todo el oro cayó a tierra convirtiéndose en polvo. El hada dorada desapareció y el mendigo...
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