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Me encontraba en un lugar diferente, extraño ante mis ojos.
Con rapidez me levante del lugar que estaba tendido. Frente mí se encontraba un pasilloque parecía interminable con numerosas puertas y ventanas de las cuales ningún tipo de luz se filtraba dándole un tono oscuro y escabroso.
Una vez más aquel desgarrador llanto me saco demi letargo provocando que mi corazón ya la tiendo aprisa aumentara su rapidez, sin con prender porque.
Mi atención se centró en una puerta al final de corredor. La única que permitía queun poco de luz se colase por debajo de ella.
Comencé a caminar asía la puerta, poco a poco el llanto se fue a asiendo más cercano.
Al momento de llegar no solo el sollozo puse distinguirsino suplicas desesperadas y una risa que me provoco un escalofrió.
Una risa que se me así tan familiar y al mismo tiempo no podía reconocer o no quería recordar.
Un grito desesperadollego asta mis oídos. Reaccionando rápido me adentre en la habitación que tan celosamente parecía resguardar la puerta.
Por un momento no supe que hacer la oscuridad no me permitía ver nadahasta que mis ojos se fueron acostumbrados a la misma.
Cuando al fin pude ver atreves de la negrura del cuarto me di cuenta de que ya no estaba libre. Estaba atado a una silla en mediode lo que al parecer era un salón.
Me asuste aún más ante lo que me estaba pasando. Con movimientos violentos trate de liberarme pero fue en vano.
Una vos que cruzo la oscuridad mepetrifico.
-Sabes que no puede escapar-
Las palabras no me salían.
Aquella persona que desde las sombras me observava serio de mi.
-Que pasa tienes miedo- Preguto con un tono burlon.
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