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RESUMEN
“NINOS, CALLES Y COTIDIANIDADES”
Rodrigo Tenorio Ambrossi
Resulta de particular interés la lectura del estudio Niños Calles y Cotidianidades de Rodrigo Tenorio, especialmente, porque es un tema sobre el que los prejuicios y los análisis sesgados abundan. La literatura sobre las drogas es copiosa tanto en sus enfoques como propuestas. Pero dicha abundancia de discursos, en paralelo,se caracteriza por su escaso rigor teórico, apreciaciones ideologizadas o sustentadas en discursos religiosos, morales, centrados en el objeto droga y no en los sujetos usadores. En casi todas ellas la investigación de campo esta ausente lo que se traduce en un permanente repetir y sostener posiciones a priori fuertemente orientadas al ámbito represivo.
El texto Niños Calles y Cotidianidadeses notoriamente una excepción, por cuanto desde una visión psicosocial, basada en investigación de campo, aborda una arista escasamente tratada: los niños que organizan su vida – lo que a todas luces es una metáfora – en las calles de nuestro país y es que nadie, ni menos los niños, pueden hacer de la calle su lugar de vida. Se calcula al decir del autor que aproximadamente 750.000 menores de 18años en nuestro país viven esta realidad.
Son seres invisibilizados en el sentido más amplio de la palabra, por cuanto los programas focalizados desde el Estado hacia ellos son escasos. El común de la población los ignora, son más bien una molestia, pidiendo limosna, con sus ropas andrajosas y el riesgo permanente del robo oportunista. Son sujetos que no pueden ofrecer algo, a cambio de algo,están muy lejos ellos de interesarse en las decisiones del mundo público. La policía los ve como potenciales delincuentes a los cuales reprimir, los medios de comunicación social solo les otorgan presencia en torno al impacto social de hechos delincuenciales. Cuando la televisión los entrevista, por ser menores, les cubre el rostro con la idea de proteger su identidad, pero al mismo tiempo unavez más los vuelve invisibles.
Sin embargo existen, están presentes en las esquinas de las grandes ciudades, con su ser y su quehacer. Son vidas, o mejor proyectos de vida, que se asoman al decir de Tenorio “sin los referentes metafóricos que se producen en el corazón mismo de la casa, los sujetos se deshacen no sólo simbólicamente sino también físicamente puesto que, en uno y en otro caso, sedeshace toda referencialidad” .
El autor en cuanto psicoanalista va abordando en el texto, la construcción identataria de estas personas en diversos planos, cuya suma, si cabe el término, debería dar por resultado un individuo socialmente integrado. Pero ¿qué ocurre cuando estas claves de socialización básicas en cualquier individuo no existen?: ni la casa, con su materialidad, sus señales, susimbolismo que va organizando el mundo de lo tuyo y lo mío. No existe el afecto primario en la relación familiar de padre, madre, hermanos y es sustituida por la escasez, la precariedad, estamos hablando de niños de seis, cinco o menos años de edad, forzados a la calle no como un momento de la vida, sino como el espacio donde organizar la vida.
Si la niñez es una metáfora de sueños que se vanconstruyendo, brutalmente –nos dirá el autor – la calle los despoja de tal posibilidad. “La identidad (que) estaría compuesta de un conjunto móvil de realidades y acontecimientos que se aglutinan para significar los espacios y los tiempos de la vida cotidiana” asume formas y códigos inéditos, que arman, conforman la mirada, el sentir y el vivir de estos niños y niñas, hechos hombres y mujeres a unaedad que no tienen posibilidad de ser tales.
“Las situaciones de callejización conduce a procesos identitarios múltiples que se revelan en los lenguajes hablados, callados, grabados en los cuerpos y en los sufrimientos que se repiten haciendo historias interminables que van de papá – mamá a hijo e hija.
“De hecho cada sujeto elabora un mito familiar de sus orígenes que se remonta a los tiempos...